La novela de los hermanos Etchevehere mantiene en vilo a todo un país. Lazos de sangre, vínculos políticos y toma de tierras son los condimentos de un culebrón que podría transmitirse en algún canal de aire, por la tarde, bajo la categoría de “drama familiar”.
Podría ser la Hacienda Elizondo, para los fanáticos de Pasión de Gavilanes, pero es la estancia Casa Nueva lo que está en disputa. Luis Miguel, Arturo Sebastián y Juan Diego, junto a su madre Leonor Marcia Barbero conforman uno de los bandos de los protagonistas de esta historia. Del otro, Dolores, la hermana que se separó de la familia y ahora reclama tierras que dice que le pertenecen, junto a su abogado y actor de reparto en esta historia, Juan Grabois.
Tras la muerte de Luis Félix “Zahorí” Etchevehere, en 2009, se realizó la división de bienes, quedando las acciones de Las Margaritas S.A. adjudicadas de común acuerdo el 50% para la cónyuge, Leonor, y el otro 50% para los 4 hijos en partes iguales, es decir un 12.5% para cada uno.
Los hermanos Etchevehere y su madre afirman que Dolores cedió el total de sus acciones en Las Margaritas SA a favor de Mirus SA, por lo que no integraría la sociedad que explota las tierras desde 2018. Pero en el marco de un conflicto familiar, ella afirma le falsificaron la firma para llegar a ese acuerdo.
En ese contexto, Dolores afirma “tras años de vivir indignada con el trato que recibió de su familia, un día escuché a Juan Grabois y me convencí de que era la persona que me podía ayudar”. Juntos, fueron hacia la estancia y ocuparon las tierras afirmando que ese es el derecho que ella posee y la quitaron con la falsificación. Es así, como se terminó de armar el guión de una novela que hoy se transmite por todos los canales, minuto a minuto, viendo cada una de las escenas que llegan desde Entre Ríos.
De esta manera, se espera que la justicia ponga fin, al menos de la primera temporada, al decidir si quienes actualmente se encuentran ocupando el terreno deben abandonarlo para que los hermanos Etchevehere vuelvan a sus actividades en la estancia o finalmente, Dolores, tiene razón y puede hacer uso de sus derechos. Esta historia… continuará.