El ex presidente de Uruguay dio declaraciones sobre cómo ve nuestro país y fue terminante para definirlo. No es la primera vez que ocurre algo así al dar su parecer sobre los argentinos.
“Veo a la pobre Argentina enferma de estas cosas, se está destruyendo la confianza. Se puede ser de derecha, de izquierda, de centro, pero hay que tener cierta altura” fue la frase que lanzó Pepe Mujica en su columna semanal en Radio 10.
En medio de polémicas, debates y cuestionamientos que recrudecen en el transcurso de un año electoral, la mirada de una figura tan importante para América Latina como la del ex mandatario uruguayo, toma mayor trascendencia. La famosa grieta que se viene generando hace más de una década al interior del pueblo argentino y ensanchada por el accionar político, provocó una fractura que lleva a realizar acciones o emitir comentarios sin medir el impacto que estos puedan tener o la imagen que desde el exterior se pueda generar.
“Una cosa son las diferencias y otra la ofensa, el insulto que toca el campo de las emociones. Con el insulto no va, no se puede convivir” agregó Pepe Mujica, quien es una de las personalidades con mayor facilidad para transmitir sus mensajes, sus palabras, sentimientos y percepciones, que se convierten en frases de referencia para gran parte de la sociedad.
Es sin duda esta situación de extremos que nos lleva siempre a tener confrontaciones que exceden al simple debate político. En los últimos años, en Argentina, familias y amistades se han distanciado producto a las diferencias ideológicas que no pudieron ser manejadas como corresponde en una conversación, entendiendo que el otro pueda pensar diferente.
Esto es claramente expresado por Mujica, quien asegura que “Lógicamente si se siembran vientos, vienen tempestades. Una cosa es la pasión y otra el fanatismo, este último nos enceguece y termina envileciéndonos. Lo lamento porque todos estamos expuestos a esto”
Esos extremos de fanatismo ideológico son aquellos que en lugar de tirar hacia el centro para unir las partes, empujan las paredes de la grieta hacia afuera para que el abismo sea cada vez más grande, como si eso beneficiara a la postura que se defiende.
Año electoral, parece ser el escenario ideal para recrudecer la situación y así la realidad nos lo muestra. Principalmente es el arco político, quienes deberían dar el ejemplo, los que con sus comentarios y acciones enardecen a una sociedad que no necesita mucho combustible para encenderse. A veces, resulta preocupante la naturalización y la aceptación de que esta sea la realidad que nos rodea y debemos aprender a convivir con ella. Estos comentarios como el del ex mandatario uruguayo deberían ser un llamado de atención para todos. Tendría que ser la forma en la cual nos demos cuenta que desde afuera están viendo como nos estamos autodestruyendo socialmente. Es difícil, pero no imposible, es solo cuestión de empezar e intentarlo. Ya lo dijo Pepe Mujica, “así no va”.