Delfina Pignatiello tiene 21 años, ganó de dos medallas de plata en los Juegos Olímpicos de la Juventud y 3 medallas de oro en los Juegos Panamericanos, pero cuenta: «Me llegaron a decir fracasada de mierda y lo peor es que yo me lo creí”.
En una charla TED, la nadadora habló sobre como las redes sociales tomaron protagonismo de su vida, y cuenta sus experiencias: «Después de 9.000 horas de entrenamiento, cientos de carreras y varias medallas de oro, toco la pared en Tokio 2020 y me doy cuenta que no hice ni el tiempo que quería, ni terminé en la posición que soñaba. Lo único que pienso en ese momento es en qué me iban a decir en las redes sociales. ¿Cómo podía ser que lo que más me importaba era la mirada de personas que ni conocía?».
Pensó en el bullying que iba a recibir de usuarios desconocidos antes que en su familia, antes de su esfuerzo pero explica que en ese momento «registré hasta donde había llegado mi exposición y la comodidad con la que la gente y los medios opinaban de mí, de lo que hacía o dejaba de hacer, de mis sueños y objetivos tomándolos como suyos y yo esclava de eso. ¿Saben lo que pesa ver durante meses tu nombre en los titulares de los diarios prometiendo una medalla?».
Las redes juegan un papel fundamental en la vida de los deportistas, pueden ser endiosado pero también criticado demás, al punto que los mensajes a veces llegan a afectar el rendimiento de los mismos: «Cuando finalmente llegué a mi sueño, a un Juego Olímpico, terminé inmersa en una guerra en las redes sociales donde me atacaban sin impunidad detrás de un perfil en internet, donde me llegaron a decir ‘fracasada de mierda’ y lo peor es que yo me lo creí».
Sobre Tokio 2020, dónde ella dice no haber logrado los objetivos propuestos, contó: » Se empezó a alzar la voz y a hablar de temas en ese momento ocultos como la salud mental, y romper ese tabú que éramos superhéroes sin fallas. Se imaginan lo significativo que fue para mí escuchar a Simone Biles, la cara de las olimpíadas, hablar de la presión en la competencia. Ella también estaba sola. Ahí aprendí la importancia de tener una cabeza fuerte y estar bien con uno mismo para poder estar bien con los demás».
Por último, Delfina, se expresó con todos los presentes en la charla TED y dijo cómo lo solucionó: «Aprendí por mi cuenta, de frente y a los golpes la forma de dar notas, de qué decir o no decir en las redes sociales y como tratar una oleada de odio. Entender que las redes sociales eran un tema artificial y que después en la vida real no me pasaban esas cosas ni sufría esos ataques. Tuve que aprender a vivir con las presiones y las expectativas de los demás».