El cepo informativo del presidente Putin en Rusia, que cerró el acceso a las plataformas de Meta y la avalancha de contenido referido a la invasión en Ucrania, es un ejemplo de la importancia de las redes. Hoy se emiten 100.000 millones de WhatsApp por día y en millones de ellos viajan campañas de desinformación a favor de uno y otro bando: actrices simulando embarazos en clínicas bombardeadas según Rusia, gente en tiktok pidiendo ayuda desesperadamente para que los rescaten de la ciudad de Chernihiv o denuncias en video por Telegram que indican que los corredores humanitarios son una trampa mortal.
«Se difunden videos relacionados con el concepto “deepfake”, el cual hace referencia a videos falsos ultrarealistas hechos con software de inteligencia artificial, para representar a personas haciendo cosas que nunca han hecho, o hacer que parezcan decir cosas que nunca han dicho. Las fakes news se refieren a información falsa publicada con el pretexto de ser noticias auténticas para engañar a la gente, y las deepfakes son una forma nueva y mucho más insidiosa de fake news”.
«Las fake news que tienen motivaciones políticas se pueden difundir a través de gobiernos extranjeros, grupos políticos y teóricos de la conspiración. Aunque cada uno de estos grupos puede tener diferentes motivaciones, el resultado es el mismo: difundir noticias falsas para intensificar los conflictos sociales. Tal es así como grupos de Hacktivistas se sumaron a esta guerra viralizando contenido tendencioso contra Ucrania y la Otan a partir de las tácticas de fake news y deepfake. “Los efectos de la desinformación son peligrosos porque estas campañas desvían a la gente de otros temas importantes y alimentan conflictos”, sostienen desde BTR.
Según datos obtenidos por el Laboratorio de BTR: el 15% de los usuarios en las redes sociales son falsos; mientras que el 75% de los individuos que recircularon noticias e información sobre el conflicto lo hicieron en plataformas de mensajería instantánea y el 38% compartió esta información en las redes sociales.
Las Fakes News como armas invisibles
“El verdadero problema es que, las grandes plataformas y la ausencia de medidas de control y regulación, las estrategias de influencia y manipulación se emplean masiva y gradualmente, convirtiéndose en armas invisibles, ya que la sociedad se va adaptando a su presencia, asimilando su secuencia poco a poco. Podemos decir que, sin quererlo, estamos inmersos en una guerra invisible, librada batalla a batalla sobre publicidad, consumo, opinión, preocupaciones, disonancias cognitivas, confrontaciones individuales con el único fin de que las personas estemos ocupadas, distraídas y como no, inactivas. Las fake news socavan la confianza en las noticias reales y los gobiernos. Las implicaciones de esto para la democracia son enormes.
“Hoy no nos sorprende entrar en las redes sociales y encontrarnos con miles de influencers, promocionando toda clase de productos, actividades y formas de vida. Las percibimos con total naturalidad como parte de nuestro día a día en las redes, sin olvidar que son publicidad. La publicidad encubierta vulnera el principio de la identificación, determinar fuente y origen cada vez es más difícil en Redes Sociales y peor aun cuando se trata de sistemas de mensajería, como WhatsApp y Telegram”, destacan desde BTR Consulting.