Las últimas declaraciones del presidente electo ajustadas al marco teórico de Robert Lucas hablando de expectativas racionales, según el economista Mariano De Rosa.
Por Mariano De Rosa
Las expectativas son fundamentales en economía y claramente estamos viendo la mano de un experto en el tema que sabe que lo que dice tiene un impacto en las decisiones de los agentes económicos.
Es muy común que el político mienta. Por ejemplo, cuando es consultado por una devaluación y dice que no la hará. Es que el efecto en la macro sería contraproducente si dice la verdad. Pero en este caso, el juego de expectativas que el presidente electo provoca es un empeoramiento de las mismas a futuro. Muy parecido a lo que hizo en campaña, diciendo que iba a ajustar y aún así ganó la elección.
Como buen economista amante de Robert Lucas reconoce que jugando políticas contrarias al ciclo pueden favorecer a que un shock logre un efecto claramente positivo en la senda de crecimiento económico. Esto se explica en cómo anuncia permanentemente que el futuro será negativo y que las perspectivas hagan que las expectativas sean racionalmente negativas. Entonces ante un mínimo de mejora por encima de ese efecto negativo las expectativas comienzan a darse vuelta y se transforman en expectativas positivas con el correr del tiempo.
Este efecto se ha visto en la última semana con el movimiento del dólar donde el economista devenido en Presidente anunciaba permanentemente que el tipo de cambio se iba a disparar por las suba generalizada de precios diciendo que nos vamos a una hiper. Pero actualmente lo que estamos viendo es una apreciación real del tipo de cambio paralelo y los tipos de cambio financieros que ocasionan un incremento del ingreso general de la población en dólares. Esta apreciación del tipo de cambio claramente no se esperaba porque nuestras expectativas eran netamente negativas sobre el futuro.
Lo que provoca este tipo de declaraciones por parte del presidente electo según los manuales de economía es una psicología inversa en la población esperando todo el tiempo una mayor inflación y un mayor tipo de cambio que claramente los próximos cuatro meses o hasta el final de la cosecha en mayo serán muy difíciles en materia de ingreso.
Estamos en el punto de entender qué es lo necesario para bajar la inflación y todos los efectos virtuosos que generará en el plano social y económico.
Los próximos meses serán difíciles en materia de precios dado que la inflación reprimida y el legado que deja el gobierno saliente muestran números ficticios. Ya que las variaciones en distintos rubros además de ser fuertemente heterogéneas por una intervención estatal desmedida para contener un espiral inflacionaria explicada por la presión del tipo de cambio oficial, una fuerte emisión monetaria, una tasa de interés real negativa y servicios públicos retrasados llevaran la inflación mensual nuevamente a dos dígitos. Una vez que pase este “verano agobiante” de precios altos y estabilización de variables macro podremos saber si Javier Milei interpreto bien a Robert Lucas.