El desarrollo de la IA ha traído consigo logros impresionantes, pero también revela sus limitaciones. Actualmente, tecnologías como los chatbots y los generadores de imágenes están diseñados para detectar y replicar patrones en base a millones de datos. Aunque esto puede hacer que parezcan inteligentes, la realidad es que no comprenden realmente lo que procesan. Simplemente predicen cuál es la respuesta o imagen más probable basándose en la información con la que fueron entrenados.

El futuro de la IA implica que estos sistemas sean capaces de formar una representación mental de su entorno, lo cual les permitiría prever los efectos de sus acciones y adaptarse a nuevas situaciones. Si bien la tecnología ha avanzado mucho, todavía no puede actuar con la flexibilidad y empatía humana. Según el experto de Meta, alcanzar este nivel implicará grandes desafíos, incluyendo cuestiones éticas y de regulación en el uso de la inteligencia artificial.