El once de agosto del 2019, los argentinos fuimos a votar en una elección que su objetivo era la elección de candidatos, pero la realidad, se convirtió en una gran encuesta pública de cara a las elecciones generales. ¿El resultado? 16 puntos de diferencia en favor de la fórmula Fernández-Fernández ante el presidente en ejercicio Mauricio Macri que marcó un quiebre en la política nacional.
Ninguno de los sondeos previos mostraba un resultado tan abultado en favor de la fórmula del Frente de Todos ante Juntos por el Cambio, coalición gobernante. Incluso, casi todos se animaban a asegurar que Argentina se dirigía hacia el segundo Ballotage de su historia, tras el que ocurrió en la elección del 2015.
Los 16 puntos fueron determinantes, y aunque en las elecciones generales la diferencia fue menor, ya desde aquel 11 de agosto, Argentina sabía que a partir del 10 de diciembre, tendría un nuevo gobierno, o mejor dicho, nuevamente un gobierno Kirchnerista. Alberto Fernández había sido el elegido para comandar una fuerza que logró unir nuevamente a importantes figuras peronistas durante muchos años enfrentadas, con el fin de vencer a Mauricio Macri.
¿Qué pasó después de aquel 11 de agosto? Alcanza solo un dato para poder mostrar lo que fueron los días siguientes en nuestro país. El nueve, último día hábil, el dólar oficial cerró a $46,20. El doce, primer día hábil la moneda estadounidense logró cerrar a $ 55, luego de estar tocando los $60. Una profundización de la crisis económica que acechaba a la Argentina, como respuesta de los mercados ante el impactante resultado electoral.
Un mes después, volvería un viejo y conocido de todos los argentinos, el cepo. Solo 200 dólares serían los que se podrían comprar, para contener una moneda que a fuerza de intervenciones se mantenía en $57, pero que pasadas las generales, alcanzaría los $64.
A pesar de la economía, no todo parecía tan negativo. Alberto Fernández y Mauricio Macri compartieron dialogo durante mucho tiempo hasta el 10 de diciembre, en una clara muestra de institucionalidad, una palabra poco ejercida en Argentina. Incluso, compartieron una misa en Luján, previo a la asunción y el pase de mando se realizó en el mayor de los respetos, incluso, con un abrazo que fue tapa de varios portales al día siguiente.
Pero pasó lo que en realidad les pasó a todos, pero en Argentina todo se potencia: la pandemia. El Covid vino a romper toda ilusión de orden. A pesar que al comienzo, las figuras políticas opositoras acompañaron las medidas del presidente Alberto Fernández, el tiempo volvió a poner todo en su lugar, al menos, en el lugar que las cosas acostumbran estar en nuestro país.
Acusaciones, divisiones, la famosa grieta en su máximo esplendor. Por eso, cuando nos preguntamos ¿qué paso en Argentina después de las PASO? la respuesta, paradójicamente, es nada. Si, parece que hubiese ocurrido de todo y es que en realidad, así fue, incluida una pandemia. Pero en realidad, no pasó nada, todo sigue igual. Las mismas crisis, las mismas diferencias y los mismos problemas. Podrá cambiar la diferencia en la profundidad de cada caso, pero sigue siendo lo mismo.
Pasaron las PASO, llegaran otras en un mes. Pasan los días, los meses, los años, pero Argentina no se aburre de que en realidad, no pase nada.