El Presidente cumplió con lo establecido en la Constitución Nacional y abrió el 139° período de sesiones ordinarias del Congreso de la Nación con un discurso que duró casi una hora y cincuenta minutos.

Fernández comenzó realizando un repaso de su año de gestión, marcado por el contexto de la pandemia del Covid-19 y como esto altero los planes de gobierno. “Solo 10 días después de hablarles el año pasado, la OMS declaro una pandemia”. Hizo hincapié en agradecer a quienes hicieron todo lo posible para la atención sanitaria, la seguridad y el abastecimiento, a lo que agregó la gestión realizada para “fortalecer el sistema de salud” y evitar su colapso.

Cuando llegó el momento de hablar de las vacunas, el Presidente remarcó que es el plan de vacunación más grande de la historia y que a pesar de que están llegando en menor medida de lo pautado contractualmente, la vacuna Sputnik V junto a la de otros laboratorios están comenzando a llegar en mayor flujo.

En este sentido, no pudo evitar tener que hacer referencia al escándalo del vacunatorio VIP para lo cual expreso: “En el plan de vacunación, hay prioridades muy claras. Las reglas se deben cumplir. Si se cometen errores, la voluntad de este Presidente es reconocerlos y corregirlos de inmediato. Cuando se dijo que aquellas reglas habían sido transgredidas, me he encargado de recabar la información pertinente. Aun cuando en lo personal me causaran mucho dolor, tomé las decisiones que correspondían”, en relación al pedido de renuncia al ahora ex ministro de Salud, Gines González García.

En este marco y ante las críticas opositoras, Fernández sostuvo: “No llegué a la Presidencia para ser sordo a las críticas bien intencionadas. Como tampoco llegué a la Presidencia para dejarme aturdir por críticas maliciosas que responden a intereses inconfesables de poderes económicos concentrados, que en ocasiones buscan sembrar la fractura, la polarización y discordia entre el Pueblo Argentino, profundizando las heridas que como sociedad cargamos”.

Luego abrió un bloque dedicado a la deuda con el FMI, y allí se dio uno de los momentos más fuertes del discurso al afirmar que se iba a investigar a quienes tomaron la deuda en la gestión anterior: “He instruido a las autoridades pertinentes para que formalmente inicien querella criminal tendiente a determinar quiénes han sido los autores y partícipes de la mayor administración fraudulenta y de la mayor malversación de caudales que nuestra memoria registra”, dijo.

En lo que respecta a anuncios económicos, el mandatario dio a conocer medidas que se tomarán para la recuperación económica tras el impacto de la pandemia y ayudar a quienes más lo sufrieron. Asimismo, en relación a educación afirmó que recibieron un “país que había desinvertido en educación” por lo que dio a conocer las acciones para incrementar la inversión educativa y se refirió a la vuelta a las aulas: “En estos días abren nuestras escuelas, vuelven las clases que tanto hacían falta. Sepan que yo estaré con cada uno y cada una de ustedes. Una Argentina que hace de la educación su plataforma de justicia e igualdad”.

También dedicó parte de su discurso a la inseguridad. El Presidente afirmó que la seguridad es un “derecho democrático y el Estado debe trabajar incansablemente para alcanzarlo”. En este contexto también hizo referencia a la Violencia de Genero al afirmar que “Es un delito intolerable. Quiero proponerles que convirtamos la lucha contra la violencia de género en una política de Estado y en una política de la sociedad toda. Lo hicimos con memoria, verdad y justicia. Hagámoslo también con esto”.

Otro de los momentos más fuertes del discurso fue cuando se refirió al Poder Judicial. “En la Argentina hay un fiscal procesado por delitos severos como espionaje y sigue en función como si nada sucediera. No se le aplica la doctrina que recomendaba la detención preventiva de personas cuando su poder residual pudiera afectar la investigación. Su poder no es residual, está vigente” sostuvo Alberto Fernández en relación al fiscal Stornelli.

Además, en relación al funcionamiento de la justicia, el Presidente le pidió al “Congreso que asuma el rol de control cruzado sobre el Poder Judicial. Así lo prevé la Constitución. Alguien tiene que ver lo que ha ocurrido y lo que está ocurriendo. No para interferir en sus decisiones, sino para cumplir con el rol que el Estado de derecho le ha asignado”.

A esto, sumó como anuncio la creación de un Tribunal Federal de Garantías: “Quiero anunciarles también que consultaré con los señores gobernadores de nuestras queridas provincias, en aplicación del artículo 125 de la Constitución Nacional, nuestra idea de promover la creación de un Tribunal Federal de Garantías que tendrá competencia exclusivamente en cuestiones de arbitrariedad y al que se podrá llegar por vía del recurso extraordinario. De ese modo, la Corte Suprema de Justicia de la Nación podría circunscribir su competencia a aquella temática que la Constitución Nacional expresamente le ha dado”.

En relación al plano internacional, reafirmó el reclamo de soberanía por Malvinas, el desarrollo de políticas de derechos humanos en la región, con su gestión por Evo Morales como ejemplo y el trabajo para fortalecer relaciones con los países Latinoamericanos y “con las grandes potencias y los grandes bloques, como los Estados Unidos, China, Rusia, Medio Oriente y la Unión Europea”.

Para cerrar, Alberto Fernández se refirió a cómo quiere que se recuerde su mandato: “Quiero ser recordado como un argentino que un día fue elegido como Presidente y fue capaz de servir a su Pueblo sembrando la mejor de las semillas que un ser humano puede sembrar: la unidad de su Patria más allá de las diferencias, la unión nacional más allá de la pluralidad de miradas, la concordia del país más allá de las razonables críticas”