El abandono por estrés de Simone Biles, la gimnasta número uno de Estados Unidos, en la prueba por equipos, reavivó el debate sobre la presión que sufren los deportistas en la alta competencia y la exigencia aún más grande sobre las jóvenes promesas.
Simone Arianne Biles, tiene tan solo 24 años pero ya es la principal estrella de la Gimnasia Artística de los Estados Unidos. Con tan solo 19 años fue campeona olímpica en Rio 2016. Tiene cinco títulos del mundo y es la única hasta el momento que logró hacerlo en tres oportunidades consecutivas (2013, 2014 y 2015). Todos datos que hablan de una carrera excepcional con el agregado no menor de que la misma, tiene mucho camino aún por recorrer. Pero a pesar de su título olímpico, no todo lo que brilla es oro, y detrás de sus éxitos se encuentra un estrés oculto hasta hoy.
«Siento que tengo el peso del mundo sobre mis espaldas», un aviso que Simone Biles dio horas antes de su decisión, pero que nadie interpretó como un anticipo de lo que ocurrió este martes. Mientras realizaba su rutina en la final por equipos, la gimnasta estadounidense falló en un salto. Un error que cualquier humano puede tener y debe permitirse, pero la alta competencia y la presión de la que había hablado horas antes, por ser la mejor y de la que más se espera, fue más fuerte. La norteamericana anunció su retiro de la competencia y el mundo del deporte quedó en shock.
A pesar que el equipo de los Estados Unidos informó que el retiro se debía a una cuestión de salud no física, fue la propia Simone quien se encargó de explicar lo ocurrido. “Después de la actuación que hice, simplemente no quería seguir. Tengo que concentrarme en mi salud mental. Simplemente creo que la salud mental es más importante en los deportes en este momento. Tenemos que proteger nuestras mentes y nuestros cuerpos, y no solo salir y hacer lo que el mundo quiere que hagamos”.
Hace algunos meses atrás, fue la tenista japonesa Naomi Osaka quien se retiró de uno de los cuatro torneos más importantes del circuito tenístico, Roland Garros, al considerar que la competición estaba afectando su salud mental. Osaka, que encendió la llama olímpica de estos juegos, publicó un comunicado en sus redes sociales minutos antes de tener que abandonar el torneo:
«Hola a todo el mundo. Espero que estén bien. Estoy escribiendo esto para decir que no voy a dar ninguna rueda de prensa durante Roland Garros. Siento muy a menudo que la gente no concede mucha importancia a la salud mental de los atletas y esto se hace visible cada vez que veo una rueda de prensa o asisto a una. A menudo nos sentamos y hay preguntas que nos han hecho múltiples veces anteriormente o nos hacen algunas que nos hacen dudar de nosotras mismas y simplemente no quiero someterme a gente que me genera dudas. He visto muchos vídeos de atletas viniéndose abajo después de una derrota en una rueda de prensa y sé que ustedes también. Creo que toda esa situación de presionar a una persona cuando está desanimada y no entiendo el razonamiento de fondo. No hacer ruedas de prensa no es algo personal en mi caso contra el torneo y hay varios periodistas que me han entrevistado desde que era joven y tengo una relación amistosa con la mayoría de ellos. Sin embargo, si las organizaciones piensan que pueden seguir diciendo: ‘haz la rueda de prensa o serás sancionada’ y continúan ignorando la salud mental de los atletas como una parte central de esta cooperación, simplemente tendré que reírme. En cualquier caso, solo espero que la cantidad por la que me sancionen vaya directamente a organizaciones caritativas que trabajen con la salud mental. Besos»
La lista de deportistas que han sufrido problemas con su salud mental es extensa. El propio Michael Phelps, la persona con mayor cantidad de medallas olímpicas de la historia, habló sobre sus problemas de depresión y ansiedad. Pero también podemos traer estos inconvenientes a tierras más cercanas. En los últimos seis meses, tres futbolistas uruguayos se suicidaron: Williams Martínez, Emiliano Cabrera y el recordado Santiago “Morro” García. Mirko Saric, caso emblemático que tuvo el fútbol argentino, era un juvenil de 21 años que tomó la decisión de quitarse la vida cuando todo el mundo lo postulaba como una de las grandes promesas de nuestro país.
Son muchos los casos, son muchos los que lamentablemente no existió tiempo de evitar un desenlace fatal. Por eso la importancia de tomar conciencia de lo que sufren y padecen los atletas profesionales cuando se exponen a las presiones de la alta competencia.
Volviendo al caso de Simone Biles, la expresión de la atleta que más resume su pensamiento fue “son los Juegos Olímpicos, pero al final del día no queremos que nos saquen de allí en una camilla”. Es ahí donde queda plasmado que la alta competencia debe tener límites y ese límite es la salud de los deportistas.
Probablemente Biles no tendrá conciencia por estas horas de lo que hizo y afirmó, no se habrá dado cuenta que con su accionar puso en lo más alto del debate lo que muchas veces lleva a poner en riesgo la vida de muchos competidores. Lo que no se debe dar cuenta en este momento, es que hoy ganó algo más importante que una medalla dorada, se ganó el reconocimiento de todos, pero principalmente el de ella misma.