Con un Carlos Tevez figura, como todo el trayecto final de la Superliga, Boca le sopló el título en los últimos minutos a River y festejó en una definición histórica y para el infarto.

Quién hubiese dicho, allá por el 26 de enero, finalizado el clásico entre Boca e Independiente en la Bombonera con un aburrido 0 a 0, que el Xeneize terminaría festejando. Aquella noche River lograba sacarle 3 puntos de ventaja y con un juego soberbio se afianzaba en la punta a un nivel imposible de bajarlo… o casi.

Desde ese día, la Superliga se convirtió en un mano a mano, donde el resto de los encuentros eran solo teloneros de un recital superclásico. Nuevamente, los dos clubes más grandes del fútbol argentino, monopolizaron todas las miradas en una disputa para la historia.

Ninguno de los dos, más allá de la presión que podía meterle el otro, se animó a dejar puntos en el camino. Hasta que llegó la anteúltima fecha. Boca estaba obligado a ganar para que al día siguiente River no armara una fiesta en El Monumental. El Xeneize hizo su trabajo, goleó a un golpeado Colón en Santa Fe y extendió la definición hasta la última fecha, aunque todo hacía parecer que el final sería el mismo.

Pero al día siguiente, River empató increíblemente ante Defensa y Justicia como local, y a pesar de seguir dependiendo de si mismo, quedó con margen de error nulo, aunque ganando como visitante ante Atlético Tucumán, gritaría campeón.

La semana previa se llenó de tensión. Aquellos que sin temor a equivocarse afirmaban que Marcelo Gallardo lograría ese título que le faltaba, comenzaron a bajar el nivel de sus declaraciones ante la incertidumbre generada por los resultados. Y no se equivocaban.

La cita en la agenda estaba marcada para el sábado siete de marzo a las 21Hs, aunque con dos lugares. Tucumán para el Millonario y La Bombonera para los Xeneizes. Con el nerviosismo como protagonista, los encuentros comenzaron al mismo tiempo, y el primer grito surgió en el Norte pero se escuchó en La Boca. Atlético Tucumán con un cabezazo de Toledo a los 19 minutos y un error en la salida de Armani, ponía en ventaja al Decano.

Con ese resultado, y el empate parcial de Boca ante Gimnasia, la Superliga se definía en una final. Pero Suárez, 15 minutos después, puso el empate para la Banda y los ánimos volvían a estar como al comienzo. Las igualdades predominaron durante toda la noche y la tensión fue lo único que iba en aumento. Hasta que Carlitos Tevez, sacó un remate que nadie esperaba y rompió el resultado en la cancha de Boca para delirio de los hinchas, que veían como faltando 18 minutos, el título, ese que parecía imposible, se hacía realidad.

Cosas del fútbol, el campeonato, que parecía tener el nombre de River ya grabado sobre la copa, cruzó a la vereda del máximo rival; y como no había pasado nunca en la historia, se lo sacó en la última fecha, o mejor dicho, en los últimos minutos. Luego de tiempos de sufrimiento, Boca volvió a festejar y muchos recordaron aquella frase de Tevez en El Monumental en 2016, «¿Volvió todo a la normalidad?»