La problemática ambiental no era un tema a considerar por Donald Trump, incluso varias veces menospreciado por el exmandatario. Desde la asunción de Joe Biden, la historia cambió y ahora, incluso el Pentágono, declaró que es un “problema de seguridad nacional”.

La primera señal que dio la nueva administración de la Casa Blanca con respecto a la política ambiental, fue el retorno al Acuerdo Climático de París. Ahora, esta declaración que surge desde la sede del Departamento de Defensa de los Estados Unidos es la confirmación de que el cuidado del medioambiente pasa a ser una prioridad para una de las máximas potencias del mundo.

En efectos prácticos, esta cuestión genera que los organismos de inteligencia y seguridad deben monitorear lo relativo a cambio climático. En este sentido, tendrán que supervisar empresas y actividades que causen un fuerte deterioro en el ambiente. Asimismo, en lo relativo a defensa exterior, deberán monitorear actividades de otras naciones que puedan repercutir en el clima del territorio norteamericano.