El gigante asiático ha sido noticia durante el último año y medio por el Covid y su error de cálculos en el lanzamiento de una nave espacial que casi genera un desastre. Pero ahora, la novedad se da en una de sus principales medidas que generan rechazo a nivel mundial: el control de la natalidad.
Durante muchísimos años, el gobierno Chino con intenciones de controlar el crecimiento poblacional había determinado que las familias de aquel país solo podían tener un hijo. La decisión ha sido adoptada por el Comité Político del Partido Comunista de China (PCCh) según se informó mediante la agencia china de noticias Xinhua.
La decisión, que demuestra un fuerte cambio en las políticas de natalidad, tienen como objetivo responder al envejecimiento de la población, mejorar la estructura poblacional y preservar las ventajas en recursos humanos en el país.
Los datos demográficos del 2020, ofrecidos por la Oficina Nacional de Estadísticas de China, afirma que nacieron doce millones de personas, lo que representa una fuerte caída en relación a los 14.6 millones de 2019 y un descenso a los 1.3 hijos por mujer.
En 2016 se había dado la primera transformación de estas políticas al autorizar que se puedan tener hasta dos hijos por pareja. A pesar de ello, se duda sobre el impacto positivo que puedan tener este tipo de medidas. «Si relajar la política de nacimientos fuese eficaz, la actual política de dos hijos debería haber demostrado también su eficacia», afirmó Hao Zhou, economista sénior de Commerzbank a la agencia de noticias Reuters.
Las organizaciones internacionales de derechos humanos consideran que a pesar de los cambios, las medidas restrictivas continúan siendo una violación de los derechos sexuales y reproductivos de la ciudadanía.