En medio de la asunción de Alberto Fernández miles de personas enfrentaron las altas temperaturas metiéndose en las fuentes. Un gesto bien peronista. ¿De qué se trata?
La primera vez que sucedió fue el 17 de octubre de 1945. La clásica imagen muestra a un grupo de jóvenes sentados en los bordes de la fuente central de la Plaza Mayo. Se los ve de espaldas al camarógrafo aguardando por el regreso de su líder, Juan Domingo Perón. Ante el calor de la jornada, muchos decidieron arremangar sus pantalones hasta la rodilla, para poder meter los pies en el agua de la fuente. Muchos lo consideran un símbolo “fundador” del peronismo, un gesto político por excelencia.
Ese día se sufrió un calor agobiante según expresan varios historiadores. Los analistas del futuro seguramente también dirán lo mismo del 10 de diciembre de 2019. Mientras los militantes esperaban por Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner, el episodio se repitió.
No fueron las únicas dos veces. Se volvió un clásico, un «acá estamos». Una de las últimas fue en 2016, durante una marcha convocada por las CTA en contra de «los tarifazos, el ajuste, los despidos, la represión”.
Sin embargo, dos trascenderán. La captura de 1945 quedó en la memoria de los peronistas como uno de los emblemas del regreso de su líder. La de este año será recordada por miles de militantes como la vuelta al poder del kirchnerismo.