Información importante que tal vez conocés, pero tal vez no. Estar al volante de un auto y cruzarse un perro en el medio de la calle es una situación bastante común. ¿Cómo debemos actuar para proteger la vida del animal y la nuestra?
¿Qué hay que hacer cuando manejando te cruzas un animal en la calle o en la ruta? Empecemos por lo que NO hay que hacer: tocar bocina, y mucho menos tocarla fuerte, como si quisiéramos hacerle entender al perro que lo que está haciendo es incorrecto. No lo va a entender y es muy probable que se asuste.
Así lo explica el Real Automóvil Club de España (RACE), un prestigioso instituto de seguridad vial que llevó a cabo pruebas con animales en situaciones simuladas de tránsito. Si un perro (o gato, o el animal que fuera) se asusta con el bocinazo, podría realizar movimientos impredecibles. Y eso aumenta las chances de que otro conductor lo atropelle.
«Si tenés que pasar por al lado del animal, hacelo muy lentamente. Nunca se sabe cómo puede reaccionar ya que suelen estar desorientados», explica el organismo que tiene ya más de 100 años de antigüedad. Y de noche, es clave que, cuando nos cruzamos con un perro y no se mueve, cambiemos las luces bajas a las de posición para no encandilarlos y evitar así que se queden quietos en el lugar.
Cuando el accidente es inminente; es decir, cuando venimos a una velocidad que no nos permitiría detenernos antes de chocar al animal, el RACE recomienda evitar pegar un volantazo, sujetar el volante e intentar detener el auto en forma controlada pese al impacto.
Es común encontrar calcos en las lunetas de los autos que digan «si me cruzo un perro, freno», dado que para muchas personas, el amor por los animales está primero. Y es entendible, pero lo que deben saber es que, frenando bruscamente a velocidades altas o pegando un volantazo se exponen a consecuencias graves para su integridad física y la del resto de los conductores, más allá del animal.
Según un estudio del RACE, yendo a 80 km/h un vehículo promedio puede detenerse por completo ante la aparición de un animal a 60 metros, aunque eso dependerá en gran parte de la condición del asfalto y del auto (frenos, neumáticos, balanceo, etc.), entre otras cuestiones.