Se cumplen 171 años del fallecimiento del General Don José de San Martín y recordamos las 12 máximas que le dejo a su hija en 1825 para poder llevar adelante una vida de respeto y felicidad.

José de San Martín redactó doce máximas para su hija de nueve años, Mercedes Tomasa de San Martín. El libertador, consideró que eran un instrumento necesario para guiar a Merceditas, tras la muerte de su madre dos años antes, a ser una buena persona y poder desarrollar su vida en un marco de respeto y felicidad.

Las máximas fueron:

  • Humanizar el carácter y hacerlo sensible aún con los insectos que nos perjudican. Stern ha dicho a una Mosca abriéndole la ventana para que saliese: «Anda, pobre Animal, el Mundo es demasiado grande para nosotros dos.»
  • Inspirarla amor a la verdad y odio a la mentira.
  • Inspirarla gran Confianza y Amistad, pero uniendo el respeto.
  • Estimular en Mercedes la Caridad con los Pobres.
  • Respeto sobre la propiedad ajena.
  • Acostumbrarla a guardar un Secreto.
  • Inspirarla sentimientos de indulgencia hacia todas las Religiones.
  • Dulzura con los Criados, Pobres y Viejos.
  • Que hable poco y lo preciso.
  • Acostumbrarla a estar formal en la Mesa.
  • Amor al Aseo y desprecio al Lujo.
  • Inspirarla amor por la Patria y por la Libertad.

Hoy, llama la atención leerlas porque lejos parecen estar de aplicación en el contexto actual. Una sociedad donde reina la individualidad, la imposición de poder y la insensibilidad con el otro. La desconfianza, la mentira y la traición son acciones que aparecen como moneda corriente.

El poco respeto, no solo a la propiedad ajena, sino al otro, por pensar distinto, por tener características diferentes o producto de los estereotipos creados por una sociedad que lejos está de la que pensaba San Martín al escribirle las máximas a su hija.

¿Desprecio al lujo? Probablemente sea un sentimiento que la mayoría de la población no pueda sentir, porque lejos está de hablar de lujos, cuando en realidad el lujo hoy muchas veces se trata de lo debiera ser una necesidad básica.

Que lejos que ha quedado hoy la posibilidad de pensar que 12 sencillas, pero fundamentales, máximas redactadas por el Libertador San Martín, sean aplicadas. Que fácil sería poder vivir en una sociedad unida y armónica si la puesta en práctica de estas líneas sea algo común, pero que lejos parece que estamos de poder verlas en marcha.

Habrá que seguir haciendo hincapié en los niños en la escuela, contarles quién fue, qué hizo por Argentina y América, mostrarles las 12 máximas y mientras, hacer un cambio estructural para que puedan ellos, el futuro, ponerlas en práctica.