Un Congreso más “verde” ilusiona a algunos y atemoriza a otros.

El Gobierno cuenta con la mayoría en las dos cámaras. Ese es el dato duro y conciso que alimenta la ilusión de los pañuelos verdes en el 2020. Hace dos años, el proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo se aprobó en Diputados pero fue rechazado en Senadores. ¿Ahora alcanzará?

Si se trata este año -todo indica que así será- podría convertirse en ley. Las condiciones parecen estar dadas como nunca antes: es la primera vez que un proyecto similar saldría desde el Ejecutivo y eso marcaría toda una impronta de época.

La cuestión es que nunca antes hubo un gabinete tan «verde» como ahora. La enorme mayoría de los funcionarios se ha manifestado públicamente a favor del aborto legal y la renovada composición del Congreso les hace un guiño.

El aborto no fue un tema menor en las elecciones y en la composición de las listas tuvo su peso, además de haber más mujeres candidatas que fueron elegidas.

Una vez electo, Alberto Fernández apuntó como una de sus primeras órdenes la redacción del proyecto que busca despenalizar y legalizar el aborto. El presidente ya dijo que anunciará la presentación del proyecto en la apertura de las sesiones legislativas.

Por otra parte, ni bien puso primera, el nuevo (¿viejo?) ministro de Salud, Ginés González García, renovó el protocolo de atención de Interrupción Legal del Embarazo (ILE), la nueva guía de aborto no punible. Sí, aquel cuya derogación trajo aparejada la renuncia de Adolfo Rubinstein cuando el gobierno de Mauricio Macri comenzaba a despedirse. Todo un síntoma. ¿Este año sí será ley?