¿De qué sirve hablar de aforo, si después nada funciona? Las canchas del fútbol argentino mostraron en ejemplos donde el 50% establecido para el ingreso del público, fue ampliamente superado. El descontrol de la vieja normalidad, continúa en la nueva.

Días enteros esperando el regreso del aliento a las tribunas. Discusiones eternas sobre cómo debía ser el protocolo para que la pasión vuelva a copar los estadios. Todo eso careció de sentido ante la primera posibilidad de retorno. Era un 50% el aforo permitido, pero el descontrol pudo más. En varias canchas del fútbol argentino se vieron estadios con capacidades ocupadas por encima de ese porcentaje fijado.

El caso más notorio, probablemente por la trascendencia del encuentro fue el superclásico del fútbol argentino. El Monumental fue una fiesta, no solo por el resultado, sino por volver a ver las tribunas con público… llenas de público. Desde la previa del encuentro se podía observar miles de personas transitando las calles aledañas al mítico estadio, pero recién se tomó real dimensión del exceso cuando todas se predispusieron a ver el partido dentro de la cancha.

Sesenta, setenta, ochenta, no sabemos. Lo que sí sabemos es que se violó una normativa sanitaria y como tal, conlleva dos problemas. El primero legal y el segundo se expusieron sanitariamente a quienes asistieron al lugar y a toda la sociedad ante un posible brote.

En este sentido, el Ministerio Público Fiscal porteño le labró un acta a River y abrió una investigación para determinar responsabilidades por exceder la capacidad de público permitido durante el Superclásico que el Millonario el ganó 2 a 1 a Boca.

Desde la entidad de Núñez se habría presentado un informe en el que se reconoce que no funcionaron los controles en los molinetes de acceso al estadio por lo que se sobrepasó la capacidad.

Un regreso desaforado, en contra de lo que establece, y necesita, la nueva normalidad para no volver atrás.