Un estudio de la Universidad de California confirmó que el impacto de la actividad física sobre el cerebro es positivo.

Se trata de una relación entre la circulación sanguínea y la regeneración de las neuronas. Además de la oxigenación, el ejercicio disminuye la inflamación y optimiza la comunicación entre las neuronas.

Según explicó Saul Villeda, un neurocientífico que estudia cómo influye la sangre sobre el rejuvenecimiento del organismo: “El cuerpo de una persona de 20 años es intrínsecamente diferente del cuerpo de una persona de 70 años. Y de alguna manera, algo sobre el ejercicio puede generar un beneficio en todos estos contextos”.