La cuarentena nos trajo miles de historias de personas varadas en distintos países producto del cierre de fronteras. Cuatro Giros dialogó con Lucas Suriano, un argentino que vive en Polonia y había viajado en marzo a nuestro país junto a su pareja, para contarle a la familia una gran noticia: Denise estaba embarazada. Pero lo que era un viaje para contar en persona el embarazo, se convirtió en un largo período que finalizará con el nacimiento de la bebe en nuestro país.

“Con Denise, nos conocimos hace 30 años, desde muy chiquititos. Fuimos a una iglesia cristiana toda la vida, hicimos trabajo social con ella. Nos conocimos en una Iglesia que era del papá de Denise que es el pastor. Amantes de la música, yo la acompañé con el tema de la música. Canción va, canción viene, nos casamos, después de estar cinco años de novio” nos contó entre risas Lucas.

Viajaron a Varsovia, Polonia, por trabajo de Lucas. Comenzaron a armar toda su vida allí, cuando una noticia les cambió por completo el panorama. “Era esperado, quizá la idea era esperar al año próximo para planificar un poco más. Nos enteramos el 31/12 que ella había quedado embarazada” relató Lucas, que además, agregó que tomaron la decisión de contárselo a las familias personalmente, por lo que vinieron a Buenos Aires para poder hacerlo.

“Llegamos el 27 de febrero y ya estaba de casi cuatro meses. Fuimos con una torta de Polonia que era mitad rosa, mitad celeste, porque todavía no sabíamos el sexo. Abren la puerta, yo me quede parado sin decir nada, silencio total durante tres segundos y mi vieja me empieza a decir ´no, no me digas, no me digas´ y empezaron a gritar todos”. El impacto fue mayor para la familia de Lucas, quienes serán abuelos por primera vez, mientras que del lado de Denise tendrán en Olivia, su segunda nieta.

Todo era alegría, hasta que llegó la información de que Polonia cerraba sus fronteras y no podrían volver al país. Las preocupaciones eran dos. El trabajo de Lucas y que no tenían obra social en la Argentina y una cobertura para Denise tenía un costo muy elevado. “Un plan para maternidad puede salir hasta $ 200 mil pesos”.

En relación a su trabajo, Lucas contó que tenía mucho temor porque había entrado hace solo siete meses y los miedos a perder el puesto de trabajo era algo que lo tenía intranquilo. Pero por suerte, todo lo contrario ocurrió. Entendieron su situación y hasta le ofrecieron cambiarle la computadora para que pueda desarrollar mejor las tareas desde Argentina. “A la larga se solidarizaron con toda la situación. Les mandé fotos de que salimos en cuatro programas explicando la situación y ahí cayeron en la seriedad del asunto”.

Con respecto al embarazo, la demora en resolver su regreso por parte de las autoridades hizo que debieran quedarse en el país. Hoy en día están saliendo vuelos hacia Europa repatriando gente, pero como lo resaltó Lucas “tardó demasiado en levantarse la queja” y el embarazo de Denise avanzó hasta un punto en el que ya le impide volar. “Tiene fecha para el 12 de agosto, está con una panzota enorme y a medida que va pasando el tiempo esta dolorida y necesita estar acostada”.

Al no tener plan B, como ellos mismos lo definen, todo fue más difícil. Nunca pensaron en otra alternativa que no fuera la de volver para tener el parto en una maternidad de su cobertura privada europea, y con las comodidades de su hogar. Pero al enterarse que definitivamente debían quedarse, empezó el armado rápido de las alternativas.

Una mujer, que los vio por la tele les dio un departamento sin costo, aunque Lucas contó que algo, mínimo al menos, querían darle por su gesto. En relación al lugar donde podía realizarse el parto nos contó que “Primero iba a ser en el Hospital Fernández porque nos quedaba cerca del departamento. Hasta que una obra social nos ofreció a un precio bastante bajo en una clínica privada, bajo al menos en relación al precio que se cobra un parto”.

La obra social es Hominis, que es el plan de salud del Sanatorio Güemes. La misma les cubre el parto, obra social para Denise y para Olivia, incluidos 30 días de neonatología en caso de necesitarlo, algo que los dejó un poco más tranquilos.

Sumado a esto, la familia los ayudó en todo. Durmieron durante tres meses en la habitación de la hermana de Denise, mientras que ella dormía en un vestidor. Pero principalmente también la ayuda fue económica, porque sumado a los gastos médicos, tenían que solventar los gastos que se les siguen generando en Polonia, como pago de alquiler, servicios, entre otros.

Por último, Lucas destacó que lo que más le decepcionó fue la poca reacción del Estado. “Entiendo que es una situación excepcional, pero tenés que tener un plan de respuesta. A medida que va pasando el tiempo, nosotros no podemos salir, no somos ricos, ves casos como el de Tinelli que se toma un avión y va de acá para allá, Susana Giménez que se fue a Uruguay a pasar la cuarentena. Esto es una cuestión de derechos o es una cuestión de generalizar la restricción para cuidar al pueblo. Como viene la mano, ¿tengo que tener plata para que me abran la frontera o la ley es igual de pareja para todos? eso te pone un poco peor” afirmó Lucas.

Más allá de las idas y vuelta, de las angustias y tristezas, la situación está un poco más organizada. Ahora solo resta disfrutar de los últimos meses de embarazo y esperar la llegada de Olivia. Será una anécdota para contar, de un embarazo y un viaje diferente, producto de una pandemia. Luego, la vida volverá a ser la misma, aunque la “nueva normalidad” en el caso de Lucas y Denise, ya no la vivirán solos, sino que todo lo contrario, muy bien acompañados.