La liga alemana fue la primera, de las competencias importantes, en volver a disputarse. Fue luego de más de 60 días de parate producto del Covid19. Sí, extrañamos el fútbol alemán. Insólito.
El sábado por la mañana, todos nos volvimos fanáticos de la Bundesliga. Incluso los que pensaban que el fútbol alemán existía solo para dejarnos afuera del Mundial. Es que ante la escasez de actual, ver rodar una pelota en vivo es como agua en el desierto.
Fue motivo de discusiones e idas y vueltas, ya que muchos consideran el regreso a las canchas como algo innecesario en un contexto aún poco favorable. Pero los alemanes, con sus protocolos, dieron luz verde para la vuelta.
Diez treinta, hora Argentina, con 5 partidos al mismo tiempo, la Bundesliga desquitó su abstinencia. Un fútbol moderno, o como se dice ahora: en la “nueva normalidad”. Pelotas desinfectadas, sin la tan icónica como desagradable imagen del escupitajo de los jugadores, sin saludo protocolar, suplentes con barbijos y distanciados. Pero lo más extraño fueron los festejos sin contacto. Bueno… no todos.
Todo protocolo tiene sus fallas, sus excepciones o al menos quienes se olvidaron de leerlo. Fue el caso de los muchachos del Hertha Berlín, que encima le hicieron 3 al Hoffenheim y en cada gol se encargaron de violar las formas de una manera distinta. Abrazos, contacto y HASTA BESO. Si me dicen que el coronavirus era el único espectador en ese estadio vacío, se los creo.
En medio del repudio, la discusión comenzó a dar vuelta por las redes. ¿Se critica el contacto en el festejo, pero no en un córner o en un tiro libre? El interrogante es válido, aunque la respuesta es clara: uno es inevitable producto del juego y el otro innecesario. Por eso, la pregunta debería ser ¿Era momento para volver a jugar?
Pese a todo, las autoridades se mostraron conformes por el funcionamiento de los protocolos y afirmaron que no sancionarán los festejos, aunque piden evitarlos. A su forma, la Bundesliga puso primera y muchos la ven como modelo a seguir, salvo por los amigos del Hertha Berlín, que son todo lo que no está bien.