Desconocida por muchos, rápidamente su nombre llegó a oídos de todos. Harris hizo historia y se convirtió en la primera mujer en alcanzar la vicepresidencia en los Estados Unidos.
Nacida en Oakland (California), hija de inmigrantes, madre hindú y padre jamaiquino, afroestadounidense y abogada especializada en ciencias políticas y economía. Realizó una carrera como fiscal de la nación, primero en la ciudad de San Francisco y luego en el Estado de California, por el cual actualmente ocupa el cargo de Senadora.
Su compañero de fórmula, Joe Biden la definió como inteligente, fuerte, tiene experiencia y es una luchadora de la columna vertebral de este país: la clase media. Y agregó que ella sabe cómo gobernar, sabe cómo tomar decisiones difíciles.
A sus 55 años logró hacer historia al convertirse en la primera vicepresidenta mujer de los Estados Unidos, rompiendo así con 231 años de masculinidad en la Casa Blanca, epicentro de atención del poder a nivel mundial.
Obviamente, ya desde su postulación, causó revuelo principalmente de sus contrincantes. El presidente Donald Trump, caracterizado por su trato descalificador con las mujeres, no hizo excepciones con Kamala Harris y le dijo “asquerosa”, extraordinarily nasty en textuales palabras, entre otros agravios.
El desarrollo de políticas sanitarias, como la interrupción legal del embarazo o un mejor acceso a la salud; políticas de género, ambientales y de perfeccionamiento de la justicia, son algunas de las ideas que figuran en su agenda hace tiempo y su llegada al poder parece ser el momento indicado para trabajarlas.
Su primer paso será la vicepresidencia, pero su futuro pareciera ser prometedor. Deberá enfrentar el difícil desafío de un país extremadamente polarizado y dividido, producto de la disputa entre los dos sectores mayoritarios, que ha llevado a denuncias de fraude electoral e idea de no abandonar la Casa Blanca por parte del actual presidente. En primera instancia, en la historia, su nombre ya quedará escrito para siempre.