Fue en homenaje y como «muestra de solidaridad» con los atletas afganos que finalmente no pudieron volar a Japón para participar de los Juegos Paralímpicos de Tokio debido a la toma de poder del Talibán.
Debido a la situación política y social que atraviesa el país los dos representantes de Afganistán, la taekwondista Zakia Khudadadi y el atleta Hossain Rasouli, no pudieron viajar hacia la sede de los juegos ya que los vuelos están cancelados.
Khudadadi iba a convertirse en la primera mujer en representar al país de Oriente Medio en los Juegos Paralímpicos.