Es la foto más famosa del Che Guevara y un retrato de época. Cómo, quién y cuándo y por qué, variantes de una historia imperdible.
Un primer plano con la boina militar de la estrella, la mirada fija, deseando «justicia». Es la obra titulada «Guerrillero Heroico», del fotógrafo cubano Korda, autor de una imagen con vida propia.
Procedente del mundo de la moda, Alberto Díaz «Korda» cubría para el desaparecido diario «Revolución» el acto de despedida al centenar de víctimas de la explosión de «La Coubre», un barco llegado desde Bélgica a La Habana con armas y municiones para la entonces naciente Revolución Cubana. Fidel Castro y los dirigentes denunciaron un «sabotaje» de Estados Unidos.
Korda, quien falleció en 2001, contó que le tomó «un minuto y medio», porque el Che, que se encontraba detrás de Fidel Castro y otros dirigentes en la improvisada tribuna, solo salió un instante y pronto volvió «a perderse en el fondo de la tarima». Pocos segundos para captar EL momento.
Al fotógrafo le impresionó la mirada del guerrillero de 31 años, llena de «pura ira por las muertes ocurridas el día anterior», dijo luego. Fue «un instante de suerte», confesó Korda, que hizo una toma horizontal y otra vertical, pero desechó la segunda porque sobresalía una cabeza detrás del hombro de Guevara.
De ese acto, celebrado el 5 de marzo de 1960 en la esquina habanera de 23 y 12, quedó la frase de Fidel Castro: «Patria o muerte» y la no menos simbólica fotografía del Che, que rivaliza en fama con imágenes de culto como la Mona Lisa de Leonardo Da Vinci.
Sin embargo, la que está considerada como la fotografía más reproducida del siglo XX, no fue escogida por «Revolución», germen del actual diario «Granma», para su edición del día siguiente. La foto permaneció colgada en el estudio de Korda y no fue hasta 1967, tras la muerte del Che en Bolivia, cuando el editor italiano Giangiacomo Feltrinelli adquirió los derechos para publicar «El Diario del Che en Bolivia» y utilizó la imagen en un cartel que vendió dos millones de copias en seis meses.
Casi 60 años después, el «Guerrillero Heroico» de Korda y las versiones de Jim Fitzpatrick y Andy Warhol todavía llenan paredes de dormitorios universitarios y son usadas en pancartas, camisetas, pegatinas y hasta en controvertidos anuncios publicitarios. En Cuba es difícil caminar sin ver la sempiterna imagen, comercializada como mercancía turística y reproducida a gran escala en la Plaza de la Revolución.
Convencido comunista, Korda nunca exigió derechos de autor sobre la foto, aunque sí los reclamó una vez para evitar que esta fuese usada en un anuncio de vodka, y los 50.000 dólares que obtuvo los donó a la Sanidad cubana. Ideología aparte, un fenómeno.