Sol Buscio es licenciada en Psicología y especialista en vínculos, y analizó junto a Sebastián Alonso y Eduardo Vitali el concepto de amistades tóxicas en nuestro Cuatro Giros Radio por Late 93.1
Para comenzar, Sol respondió a la pregunta de Seba Alonso sobre realizar actividades como ir al cine, solo o acompañado y en ese sentido aseguró: “Yo creo que está bueno experimentar ambas, son dos momentos que uno vive de manera diferente. Creo que está bueno darte la oportunidad, muchas veces sucede que tengo ganas de hacer algo pero no tengo con quién o vamos creciendo y no vamos coincidiendo con los mismos tiempos, y creo que es bueno poder darse la posibilidad de hacerlo ya sea acompañado o también darte el espacio para uno donde la elección es de uno; elijo lo que quiero, en el momento que quiero y bueno ahí también estoy eligiendo pasar tiempo conmigo mismo”.
“A mí todo lo que es temáticas vinculares es algo que me apasiona, trabajo y me especializo vínculos, así que la verdad que me gustó mucho la invitación porque tocar este tema me parece que está bueno porque hablar de la amistad, la amistad para mí es una oportunidad que nos da la vida. Hay personas que vienen de historias familiares complicadas o donde tienen que armar su propia familia y creo que la vida nos da la oportunidad de elegir la familia, el hogar en el que encontramos en una amistad” expresó la Licenciada.
Al momento de elaborar la definición de amistad, sostuvo: “Si yo tuviera que poner en palabras lo que es la amistad, es ese lugar donde uno no se siente juzgado, donde uno encuentra un espacio de apoyo, de comprensión, donde hay un espacio de reciprocidad y donde hay una aceptación del otro, tal y cual uno es. Así que, si se hablara de amistad, lo definiría, así como, es el lugar donde estoy y me siento completamente a salvo”.
Ya ingresando en el terreno de los vínculos tóxicos, Sol analizó: “Yo siempre hablo de darle tiempo a las cosas, así como un vínculo de pareja se puede volver tóxico o funciona desde nocivo para uno, en una amistad también puede pasar. Yo creo que hay varias características que tenemos que tener en cuenta y tienen que ver ahí podemos ir como por la línea general y también por la línea individual porque después hay aspectos de la subjetividad de cada uno que es central. Cada uno de qué yo espero de una amistad, qué compartamos por lo menos una vez a la semana, bueno, pues hay personas que no, al contrario, más espacio. Pero si tenemos que hablar de aspectos como más generales, podemos hablar de, yo creo que uno tiene que escucharse, escuchar cuando estoy sintiendo que en un espacio no me estoy sintiendo del todo cómodo, del todo cómoda, o hay algo en donde me dejo de sentir a salvo. Cuando me empieza a generar malestar que la otra persona me hable, cuando no siento que hay cierta reciprocidad, cuando empiezo a notar que del otro lado las actitudes o los actos que hace son en función de obtener una ventaja o como podemos observar casos de manipulación donde no siento que lo que cuento esté protegido por el otro”.
“Yo muchas veces digo, uno en los amigos también puede ver cómo se desenvuelve con, no sé, a veces hay otros círculos, amistades o familiares, y eso nos da indicadores de cómo es la persona. Es decir, en otros lugares, bien, y te cuenta cosas del otro, que el otro le confió, bueno, ahí te está dando un indicador y donde uno empieza a dejar de sentirse a salvo”, agregó la especialista en vínculos.
La necesidad de vincularse socialmente, fue uno de los puntos sobre los cuales reflexionó Sol a lo largo de la entrevista: “Partamos de la base de que somos seres sociales y necesitamos de nuestro entorno, nuestro entorno nos empuja, uno necesita un lugar de apoyo, de contención a nivel emocional. Y hay relaciones que pueden ser tan nocivas que pueden llegar a impactar de manera negativa a nuestra autoestima, por ejemplo; o amistades que nos pueden llegar a generar ansiedad porque nos hacen ponernos en un estado de alerta porque nos sentimos amenazados por esa otra persona. Entonces, partiendo de la base de que somos seres sociales y de que nuestras relaciones muchas veces son lo que nos dan vida y lo que nos empujan, y hasta muchas veces la identidad de uno también se hace en función de las personas que elegimos que nos rodeen. Entonces, inevitablemente, si yo estoy inmersa en un círculo o en un vínculo que me genera malestar, como puede ser de pareja o de amistad, eso va a impactar a nivel emocional o en mi salud a nivel mental”.
“Hemos tenido tantos años y quizás hubo una historia que los unió, pero un camino que los separó. Yo creo que las personas estamos en los momentos vitales de cada persona y que puede llegar a que lleguemos a cierto momento en el que nuestros caminos se tengan que dividir porque un poco en la vida adulta, por eso vamos dejando muchos amigos del colegio, por ejemplo, porque vamos creciendo y se van dividiendo los caminos. Bueno, donde nos vamos formando a nivel personal y el desarrollo del crecimiento propio de la persona, eso hace que se dificulte el sostenimiento de vínculos quizás más de la infancia, donde nos encontraban en otro momento completamente diferente y vital. Y también la madurez de uno en la vida adulta se protege más. Se encuentran espacios más seguros, o es más consciente de los vínculos y de las personas porque las experiencias nos van marcando, las experiencias son hechos que nos van garantizando el poder cada vez ir tomando mejores elecciones, no es en todos los casos, pero se supone que a medida que vamos creciendo esto funciona así. Y cuando hablamos de amistades de la infancia es como que decimos, bueno, pero ¿cómo voy a…? Bueno, es un proceso, es un duelo, es un duelo gigante, pero que muchas veces es necesario y es parte del crecimiento de uno, que tenemos que atravesar y que tenemos que, la famosa frase que a veces me gusta, en algunas casas no me gusta, pero el soltar para poder abrirse a lo que puede llegar porque creo que muchas amistades pueden ser completamente mejores y quizás las encontramos hace un año y no hace falta que sean de toda la vida”.
En relación a la decisión de dar por terminado un vínculo, puntualizó algunos aspectos que deben ser considerados al momento de tomar la decisión: “Para mí siempre que uno va a soltar un vínculo es un proceso y siempre digo porque y si me arrepiento y bueno, primero hay ciertas preguntas que uno puede hacerse de qué es lo que me está aportando el vínculo en la actualidad, ¿Por qué quiero elegir a esa persona en mi vida? ¿Para qué la voy a elegir? ¿Y cómo me imagino con y sin esa persona? A futuro. Yo creo que esas son algunas preguntas que uno puede empezar a hacerse para sí poder dentro del proceso poder tomar la decisión y poder comunicarlo también al otro porque siempre que hablamos de dos o más, ahí tenemos cierta responsabilidad sobre el otro, y desde un lugar amoroso, respetuoso, y desde la base de la empatía, podemos comunicarle al otro, que quizás llegó el momento de que cada uno siga su camino, o al menos en el presente, dividirse. Quizás el futuro los vuelva a encontrar, pero que en este momento ya no se están pudiendo acompañar, ni se están devolviendo cosas positivas o que les generen bienestar a ambos en el presente”.
“Siempre partiendo de la base de la comunicación, yo siempre fomento eso, que aprendamos cada vez más a comunicarnos y eso hace que también las cosas sean más fáciles y más simples, pero desde ya que no vamos a poder evitar el duelo que tenemos que atravesar de un vínculo”, expresó sobre la importancia que tiene el vínculo ida y vuelta a través de los aspectos comunicativos.
En el cierre, reflexionó sobre la posibilidad de corregir una relación de amistad que se encuentra inmersa en un ambiente tóxico: “Se puede corregir, si hay también, disponibilidad del otro lado, yo creo que se puede, pero también, a ver, uno puede empezar a comunicar lo que le está pasando, lo comunico una vez, o cuando pongo un límite o planteo lo que me está pasando, trato de buscar la manera en que podamos encontrar alguna forma de poder convivir y poder responder también a lo que le está pasando a uno u otro, pero bueno, siempre se trata de dos. Yo puedo comunicar si del otro lado hay disponibilidad y hay apertura para escuchar que hay un otro enfrente que tiene una necesidad diferente o que le está pasando algo, bueno buenísimo vamos para adelante, pero si del otro lado no hay como muchas veces sucede, que bueno no pero para mí no es así, o no bueno si te gusta bien y si no andate y ahí se complica. Yo creo que eso va a depender de cada vínculo en particular como para ver si se puede o no se puede hacer algo”.