Agustín Espada, director de la maestría de industrias culturales de la Universidad de Quilmes, pasó por los micrófonos de Late 93.1 y analizó durante el programa de Cuatro Giros Radio el rápido cambio en la construcción de las industrias culturales en los medios masivos tradicionales y los nuevos medios tecnológicos como lo son los streamings y las redes sociales.

“Pensar las industrias culturales es pensar que todo lo que nosotros consumimos y leemos y escuchamos y vemos en tele, en radio, en el cine, escuchamos música y ahora consumimos en medios digitales en un trasfondo de producción y de actividad económica. La cultura, los medios de comunicación como parte de esta cultura son un negocio, por decirlo de alguna manera. Y ese negocio se ha alterado de gran manera en la última década a partir de una transformación en los bancos de consumo, porque, como podemos ver, todos nosotros, de 10 años, 15 años a esta parte, pasamos muchísimo más tiempo en Internet, pasamos muchísimo más tiempo con nuestros teléfonos celulares, por ejemplo, y eso transforma no solamente el lugar por donde consumimos los medios de comunicación páginas web, plataformas digitales, etcétera sino que también transforma el corazón del negocio de hecho, y bueno, ¿de dónde se obtienen los ingresos para seguir produciendo series, música, noticias, radio, etcétera? Bueno, esto se ha transformado completamente porque el dinero de la publicidad, está cada vez más en Internet. Y cuando hablamos de que está cada vez más en Internet, decimos o tenemos que decir que Facebook y Google son los que capturan el 60-70% de esta publicidad. Por lo cual hay una crítica económica y productiva dentro de las industrias culturales, como las medias de comunicación en particular, muy grande”

Agustín destacó los aspectos más trascendentales en relación a las industrias culturales que tiene el uso de internet, el cual tiene aspectos positivos como diversidad de contenidos, pero también negativos, como la internacionalización y el aumento del gasto en servicios de empresas extranjeras, reduciendo la inversión en producción local. Esto afecta a la producción de ficción argentina y la cultura nacional.

“Costados positivos, en internet podemos encontrar un montón de contenidos que sin internet se nos haría muy difícil de conseguir. Pienso en estar a dos clics de mirar una serie de Noruega o de España, para ponerlo en esos términos, o de elegir qué serie mirar. Antes cuando teníamos cuatro o cinco canales de televisión abiertas, a la hora de la cena no había mucho más que eso para elegir. Es decir, hoy los consumidores tienen muchísimas más posibilidades, las audiencias tienen muchísimas más posibilidades de elegir qué, cómo y cuándo acceder a esos contenidos y tienen una muchísima más amplitud de contenidos”

En relación a lo negativo, se produce una internacionalización o se acelera el proceso de globalización de circulación cultural y por lo tanto el dinero que nosotros gastamos que comparativamente con algunas décadas anteriores es mucho más grande, pensemos en clase media, clase media alta que tiene Spotify, Netflix, que contrata un servicio de Internet, que tiene su gasto también en telefonía móvil. Todo eso no es solamente para llamar por teléfono o hablar por WhatsApp. Nosotros también contratamos línea móvil con Internet y contratamos el internet en nuestras casas para acceder a la cultura bueno, todo este dinero que nosotros invertimos en comunicación, en acceso a la cultura, en acceso a bienes comunicacionales y bienes culturales queda en manos cada vez más de empresas extranjeras. Y las empresas extranjeras invierten un poco en producción local”

Con respecto a los canales de Streaming, Espada asegura que son un síntoma de la época y exponen el descuido de los medios tradicionales en relación al público joven. Estos canales han demostrado que se les puede llegar a los jóvenes con programaciones y contenidos que les interesen en su propio lenguaje.

“Los canales de streaming como Luzu, pienso en Gelatina también, que es un canal de stream que sí está bastante más publicado, pienso en Piso 18, y en muchos de estos contenidos que nos aparecen cuando miramos en Instagram, ¿por dónde lo transmiten? ¿Por dónde está pasando? Bueno, Twitch y Youtube son los canales donde circulan estos contenidos son un síntoma de la época y además dejan, exponen lo que los medios tradicionales han descuidado durante estos años que tiene que ver con el público joven. Y para mí, los canales de streaming han venido a rebatir una idea que estaba muy arraigada en los análisis de medios de comunicación, en cómo piensan los jóvenes en los medios de comunicación, que es que los jóvenes quieren consumir todo a un de mano. Bueno, estos canales de Steam lo hicieron con una programación, con una grilla, con contenido encendido a demostrar que se les puede llegar con este tipo de formato a los jóvenes. Solamente hay que poner jóvenes delante de los micrófonos y delante de las cámaras y hablarles de las cosas que más o menos les interesan a los jóvenes y en el código que les interesa. Por eso de alguna manera representan cierto aire fresco en la corte mediático”

En relación a la comparativa con los medios tradicionales como por ejemplo los periódicos en papel, Agustín asegura que han caído, pero los números de sus sitios web son buenos. El problema es el financiamiento, ya que el modelo de negocio ha cambiado y tienen que juntar el mercado con Google y Facebook, y pedirles a los lectores que se suscriban, lo cual es difícil porque muchos estamos acostumbrados a leer noticias gratis.

Por último, realizó un análisis en relación a los realities, principalmente en lo referido al suceso de Gran Hermano: “históricamente han funcionado muy bien en la tele en argentina habían desaparecido sobre todo Gran Hermano no porque seguíamos teniendo algunos reales y de canto, de baile, de cocina, pero no había desaparecido por una cuestión económica, es muy costoso hacer un realista como Gran Hermano y Telefe con VAIACOM con una espalda económica y publicitaria para llevarlo adelante”

“Estamos más acostumbrados a ver estos contenidos de lo que pensamos, porque en algunos casos las redes sociales son como un Gran Hermano, son como una gran ventana a la vida privada o a la vida privada que nos quieren mostrar nuestros contactos. Nos gusta acceder a esos retazos de vida privada. Después pienso que han funcionado muy bien en este último año,  porque comulgan muy bien con las redes sociales, porque generan debate, porque dan charlas, y porque nos permiten, en algún caso, hablar de otra cosa que no sea la política en nuestro país, que eso cuesta mucho y Gran Hermano,  tiene la gran capacidad de ponernos a todos, a los que nos interesan las noticias, a los que no, a los que tenemos un doctorado, a los que no han terminado la secundaria, a mamá, a papá, a hijo, abuelo, a todos, hablar de algo en particular, que no tiene que ver con la política y que casi que no genera divisiones, más allá de que me gusta tal o cual. Y creo que esa es una grandísima capacidad que tienen los reality y que la televisión como gran medio generalista ha recuperado en este tiempo”.