Países de todo el mundo expresaron sus dudas este lunes sobre la transparencia de las elecciones presidenciales del domingo en Venezuela, donde la autoridad electoral proclamó ganador a Nicolás Maduro; y solo algunos socios manifestaron su ilimitado apoyo al presidente reelecto para un tercer mandato.
En estos comicios estuvo presente una pequeña delegación del Centro Carter, que indicó no tener capacidad de realizar una “Evaluación integral del proceso de votación, conteo y tabulación” como tenía previsto hacer la Unión Europea, excluida como observadora a finales de mayo.
Un panel de cuatro expertos de la ONU también acompaña la votación, aunque su informe es confidencial y solo será compartido con el secretario general Antonio Guterres. El gobierno de Brasil, que todavía no se ha pronunciado al respecto, sigue de cerca la situación y para ello envió al ex canciller Celso Amorim, asesor especial y hombre de extrema confianza del presidente Lula da Silva.
Los datos de los sondeos daban como favorito al candidato Edmundo González Urrutia, un “Outsider” escogido por la carismática y popular líder opositora María Corina Machado, impedida de postularse debido a una inhabilitación política.
Aun así, Maduro sacó siete puntos de diferencia a González, según el 80% de los votos escrutados, hecho público el domingo por la autoridad electoral, controlada por el chavismo, un anuncio que desató la marea de reacciones internacionales, luego de que la oposición denunciara presunto fraude electoral e impugnara los resultados parciales oficiales.