Ocho de cada diez empresas Pyme en Argentina no llegan a la tercera generación de directivos, por lo que Madacilo se convierte en un ejemplo de cómo lograrlo, sumado a haberlo logrado en un contexto económico adverso y con una pandemia de por medio.
Se trata de una empresa distribuidora de bebidas, con venta al por mayor y menor, ubicada en la zona oeste del Gran Buenos Aires, específicamente en la localidad de Haedo. Comenzó en los años 70, como distribuidora de vinos. Damián y Marcos Loprette, actuales responsables de la firma, grafican los inicios como un “galpón enorme, que para donde mirabas, veías damajuanas”.
Los datos son demasiado gráficos y no necesitan mucha explicación. Que solo el dos de cada diez empresas Pymes puedan alcanzar la tercera generación familiar como directivos, muestra que no es solo una cuestión de contexto económico, social y político, sino también de graves fallas organizacionales internas que no permiten transiciones ordenadas. Ese punto, del que más depende de la institución, Madacilo pudo superarlo con firmeza, sosteniendo las bases sólidas y agregando transformaciones necesarias.
“El negocio se fue transformando, antes éramos exclusivamente una vinería y de a poco fuimos agregando lo que el mercado nos pedía. Además sumamos la tecnología para lo que es las ventas. Al principio venía mi viejo, nos veía con el celular y nos decía ´dejen el aparato ese un poco´, como si estuviésemos jugando a los jueguitos y lo que estábamos era trabajando, después eso lo fue entendiendo y no nos lo dijo nunca más” nos contó Marcos.
En esto es donde se observa los dos factores que claves que le permitieron superar la transición. El primer punto es que las generaciones previas al tomar la decisión de retirarse, lo hagan realmente, permitiendo tomar decisiones a los que surgen del árbol genealógico, y el saber adaptarse a los cambios, ya que es muy complejo dejar de lado los tradicionalismos cuando estos están muy arraigados.
Las dificultades empiezan a aparecer con mayor fuerza al hablar de contexto, de esas cosas que no dependen directamente de la organización. “Tenés impuestos por todos lados, cuanto mejor querés hacer las cosas, más dificultades te generan” asegura Damián al hablar sobre los aspectos económicos que acechan a la empresa.
“Encima tenés otro factor que es la inseguridad. Nosotros somos un local a la calle y tenés que estar viendo que no te pase nada. O imagínate que yo despacho un camión con mercadería y me lo roban, cómo hago para recuperarlo, tengo que agarrar y cerrar, no te dejan otra opción”.
La inflación, las devaluaciones de la moneda extranjera que impactan directo sobre los productos importados, las políticas estatales y la falta de stock, son solo algunos de los problemas con los que se enfrentan día a día para llevar adelante el negocio. Incluso, afirman que es imposible pensar a mediano plazo. Un día cerrás y a la mañana cuando llegas es “bueno, a ver qué novedad tenemos hoy”.
Ambos aseguran que hoy en día la única motivación es el hecho de que Distribuidora Madacilo sea como un hijo, o en el caso de ellos, como un primo o hermano, al ser tercera generación, y que como tal, lo quieren ver bien, crecer y desarrollarse. Si no fuese por eso, miras para el costado y “largas todo”.
“Yo te digo, te dejo la empresa, toda para vos, solo te pido que me des un X porcentaje de las ganancias que tengas y yo me voy a vivir a una isla, a las tres semanas me estás yendo a buscar de nuevo, re caliente por el quilombo que te dejé y no te conté” asegura entre risas Marcos.
Encima de esto, se sumó la situación de la pandemia. A pesar de pertenecer al rubro alimentos y bebidas, que no fue de los que más sufrió el impacto del Covid, al ser una distribuidora que tiene su fuerte en la venta mayorista para Restaurantes, lugares de fiesta, bares y boliches, la imposibilidad de trabajar de sus principales clientes afectó directamente la venta de los productos.
“Si algo sabíamos nosotros, es que a pesar de la dificultad, no íbamos a despedir a nadie, entendimos la responsabilidad que teníamos con las familias que dependen de este ingreso” expresó Damián. “Para ello tuvimos que hacer lo mismo que hicieron muchos, si no podemos vender lo nuestro, adaptemos el negocio. Empezamos a vender fideos, papel higiénico, elementos de sanitización, etc., era la única forma de al menos tener un ingreso que nos permita seguir” afirmó Marcos.
Hoy, con mayores aperturas y la reactivación, lenta, pero reactivación al fin de las actividades de los principales clientes, Madacilo vuelve a retomar su funcionamiento normal anterior a las restricciones. A pesar de ello, tanto Damián como Marcos coinciden que es ir viendo paso a paso. “Esperamos que, fin de año, la llegada de las fiestas, el negocio repunte fuerte, cerramos el 2021 lo mejor posible y después del brindis será cuestión de analizar qué hacer para seguir”
Sin dudas, esa motivación del proyecto personal ha permitido sobreponerse a toda situación adversa. La contextual y la tradicionalidad. Un modelo que debiera tomarse como ejemplo para encontrar respuestas ante los problemas que enfrentan las empresas argentinas para poder sobrevivir a un océano de maremotos constantes.