Magawa fue entrenada por la organización benéfica belga Apopo, con sede en Tanzania y ha entrenado a estos roedores conocidos como HeroRat, para detectar minas terrestres desde la década de 1990.
Pesa 1.2 kg y mide 70 cm de largo medidas que le permiten ser suficientemente pequeño y liviano como para no disparar minas si camina sobre ellas, pero que lo establecen como mucho más grande que otras especies de ratas.
En una carrera de cinco años, el roedor olfateó 71 minas terrestres y docenas más de artículos sin detonar en Camboya. Su labor es fundamental para salvar vidas y permitir que se les pueda entregar a las personas tierras seguras para vivir.
En septiembre pasado, Magawa recibió por su labor la medalla de oro de la PDSA. Fue la primera rata en recibir la medalla en los 77 años de historia de la organización benéfica. Malen, su entrenadora afirmó que se está desacelerando producto de su vejez y se deben respetar sus necesidades.
Las ratas detectan uno de los compuestos químicos dentro de los explosivos, ignorando la chatarra, lo que permite acelerar el proceso de búsqueda. Una vez detectada la mina, comienzan a raspar para alertar a los humanos. Magawa es capaz de buscar en un campo del tamaño de una cancha de tenis en solo 20 minutos.