Se cree que el negocio de la minería de criptomonedas llegó a su fin, pero esa creencia es absolutamente errónea, ya que la minería conforma la columna vertebral de gran parte de las criptomonedas y cumple un papel fundamental. Por eso resulta imprescindible conocer el funcionamiento de la minería, así como su importancia para la eficiencia y seguridad de la red en la que se decide minar para comprender su rentabilidad.
Esta hipótesis acerca de que el negocio de la minería de criptomonedas terminó, está relacionada con que Ethereum dejó de utilizar el formato de prueba de trabajo (PoW) para implementar el formato de prueba de participación (PoS), para el cual no se requieren mineros, sino que se utiliza el staking, es decir el bloqueo de monedas, como método de verificación de transacciones. Fue esta situación la que llevó a muchos a pensar que el negocio de minar dejará de existir.
La minería es, en esencia, el proceso por el cual se validan y agrupan transacciones de una red blockchain. De este modo, brinda seguridad a la red al mismo tiempo que permite la generación de nuevas monedas, lo que básicamente posibilita que las criptomonedas como Bitcoin funcionen.
Entonces, que Ethereum deje de utilizar este formato de verificación y de seguridad para asegurar su propia red, no quiere decir que el negocio haya llegado a su fin. Es importante diferenciar entre los diferentes tipos de minería para comprender la problemática.
Tipos de minería de criptomonedas
La minería de criptomonedas se logra resolviendo problemas matemáticos (hash) con equipos informáticos de gran potencia, ya sea ASIC, GPU o CPU y un software especializado.
Los ASIC son equipos creados específicamente para la minería, tienen más potencia de cómputo y son mucho más eficientes que los CPU y GPU. En principio, la minería era realizada con un CPU y luego pasó a ejecutarse con GPU, que son las mismas placas de video utilizadas por gamers y diseñadores, para en este caso verificar transacciones. Fue a partir de 2013 cuando los ASIC desplazaron a estos dos métodos y empezaron a ganar relevancia, aunque los GPU aún son necesarios, considerando que algunas criptomonedas son resistentes a estos sistemas especializados.
Los GPU se empezaron a usar para el minado de Bitcoin, pero hace mucho tiempo dejaron de implementarse, no porque no sea posible sino por la amplia diferencia que existe con mineros que utilizan ASIC. Actualmente, los GPU son empleados para la minería de Ethereum, Ravencoin o ERGO, entre otras criptomonedas.
La minería de criptomonedas como un servicio
Una vez diferenciados los diversos tipos de minería de las criptomonedas, es posible volver a afirmar que el negocio continúa siendo rentable a lo largo del tiempo y el desempeño de Bitcoin con el pasar de los años, así lo demuestra. Lo que es fundamental a la hora de ingresar en el negocio de la minería de criptomonedas es no considerarlo únicamente como una fuente de ingresos, porque eso implicaría simplificarlo demasiado.
Como la minería de criptomonedas consiste en la validación de transacciones para mantener una blockchain segura y obtener como recompensa las criptomonedas de esa blockchain que se está minando, en definitiva implica dar un servicio a la comunidad. Por lo que decidir a qué comunidad se va a brindar ese servicio, es muy importante.
Existen muchas monedas para minar y la inversión tiene que estar pensada no solo para conseguir dinero a cambio, sino para dar un servicio a una red que lo reciba y por el mayor tiempo posible. Es necesario estudiar bien el proyecto antes de introducirse en el mercado y evaluar con qué moneda hacer la inversión, siempre con el fin de darle a los demás una solución que mejore su vida día a día, como es el caso de la red de Bitcoin que, al minar se están aprobando las transacciones de una gran comunidad que ya lleva 14 años en funcionamiento.
Si lo vemos en el tiempo, cuando Bitcoin deje de poder emitirse, es decir, cuando llegue a 21 millones de bitcoins, los mineros van a seguir teniendo un lugar en la blockchain de Bitcoin, porque además de emisión, están las comisiones que se reciben en cada bloque por las transacciones que la gente hace al enviar Bitcoin de un lado al otro. Esas comisiones van a ser la recompensa de los mineros cuando deje de emitirse. Entonces, pensar en una blockchain que está teniendo en cuenta a los mineros, es una buena elección que sigue siendo rentable.
En síntesis, el negocio de la minería de criptomonedas aún no llegó a su fin, todo lo contrario, continúa ocupando un lugar central para brindar seguridad a la red y generar nuevas monedas, solo se trata de elegir minar una blockchain rentable, que no demuestre ser reticente a los mineros o que tenga una usabilidad en el día a día de su comunidad.
Por Facundo Casal, CEO de South American Miners (SAM)