Fue frente a la municipalidad de ese distrito. Los jóvenes y sus familias buscan con insistencia poder asistir algunas horas dos veces por semana para darle un cierre a su ciclo educativo.
¿Habrá habilitación? Eso es lo que exigen padres y alumnos de Hurlingham con el fin de que los jóvenes puedan terminar la secundaria compartiendo un espacio común entre compañeros. Con distanciamiento y todos los protocolos necesarios, pero dentro de las aulas.
Se trata de representantes de distintos colegios. Al conjunto los une el mismo objetivo: que los estudiantes puedan cerrar su ciclo educativo de la manera que merecen.
De esta manera, una imagen volvió a repetirse en la municipalidad de esa Comuna del conurbano bonaerense. Grandes y chicos sentados, con carteles, pacíficamente, pero reclamando con fuerza por la vuelta a clases.
El panorama cambia minuto a minuto. Días atrás el método de protesta generó ruido y autoridades del municipio prometieron una prueba piloto para los jóvenes de sexto año. Hay expectativas pero nadie canta victoria. Así es como ayer la escena volvió a repetirse.
Los padres afirman que los colegios están preparados y ya hay ejemplos para tomar en cuenta como modelo y concretar el regreso. Pero todavía falta la luz verde. Los jóvenes lo merecen. ¿Será?