Son los hábitos de desatención por mirar el celular. Tiembla el díalogo «face to face».
Las cifras alarman y nos llevan a pensar «¿Cuándo fue que sucedió?». De solo usar el juego de «la viborita» hasta depender del smartphone para llevar el día a día. Lo que era un «medio para», hoy se volvió «un fin en sí mismo». Y acá quien escribe detiene el entrecomillado.
Un informe confeccionado por el Observatorio de Tendencias Sociales y Empresariales en la Universidad Siglo 21 develó que más del 50% de los argentinos no logra mantener la atención por observar su celular, por chequear sus mensajes, notificaciones, ya no se sabe bien por qué. Eso es el phubbing, un trastorno que roza el destrato y la adicción a la tecnología.
«Si bien el celular puede ser un instrumento que conecte a las personas, existe un riesgo de que, por no poder dejar de prestarle atención en medio de interacciones sociales, uno destrate a quien tiene enfrente», relata la investigación.
De acuerdo con el estudio, el 57,7% de los encuestados afirmó que en conversaciones cara a cara, en el ámbito familiar y también entre amigos, «la otra persona se pone a chequear el celular en medio de la conversación».
En tanto, el 13,3% asumió que «interrumpe conversaciones familiares y con amigos» para chequear su móvil. Ese comportamiento se relaciona con la conducta de «no poder separarse del teléfono», denominada «nomofobia», término que proviene del anglicismo «no mobile phone phobia» y que se refiere a la «ansiedad o miedo irracional a quedarse sin acceso a ese dispositivo».
Avanzando, el 35% de los encuestados reconoció que «chequea el celular aunque no haya sonado», mientras que el 21,5% «cree que su celular ha vibrado y cuando chequea verifica que no vibró». Por último, uno de cada cuatro encuestados señaló sentir «un impulso interno que le obliga a utilizar esas tecnologías en cualquier lugar y momento».
*Quien escribe admite haber mirado su teléfono al menos tres veces durante la redacción de la nota.