En menos de 24 horas, el Ministerio de Salud nacional tuvo que corregir las estadísticas erróneas que ayer difundió el Presidente al anunciar la extensión de la cuarentena. ¿Sirve la comparación tan minuciosa con otros países? La experiencia dice que no.
Los comentarios empezaban a oírse cada vez más fuerte luego de cada exposición de AF al extender la cuarentena. Los números citados sobre las tierras lejanas hacían ruido. Que la cantidad de muertos, que la curva, que la cantidad de testeos. Se presumía que las estadísticas implosionarían en algún momento. Y el ruido nos fue dejando sordos. Primero fue Suecia. Ahora Chile. Ambos países se hicieron eco de los datos de Alberto Fernández y desautorizaron lo expuesto en Olivos.
Fue el propio embajador en la Argentina, Nicolás Monckeberg Díaz, el que tuiteó: «Debo rectificar error en información publicada por @CasaRosada en reciente punto de prensa. La tasa de fallecidos en Chile es de 3,5 por 100.000 habitantes y no de 98,5 como señala el siguiente gráfico que mostraron».
Menos de un día pasó desde que el Presidente de la Nación prolongó el aislamiento hasta el 7 de junio. Llegó el fax chileno (vía pajarito celeste), avisaba que había un error. ¿Quedó ahí? Claro que no. La gravedad del asunto estaba en que le asignaron a Chile los datos de Perú. Los de México a Perú, los de Perú a Chile y los de Uruguay a Paraguay. «Salí de ahí Maravilla».
«Es necesaria una aclaración en relación a la información presentada en el día de ayer: La tasa de mortalidad está expresada por millón de habitantes, no por 100.000. Si bien las tasas de mortalidad y de incidencia son correctas, surge un error en la rotulación de cada país.», publicaron desde la cuenta oficial del Ministerio de Salud.
El necesario speech continuó de la siguiente manera: «Más allá de este error involuntario en los gráficos publicados, queremos dejar en claro que la situación en términos epidemiológicos de Argentina en el marco regional se informó de manera adecuada. Para esta gestión, la transparencia es una prioridad. Podemos cometer errores, pero no aceptamos ni validamos mentiras. Nuestras disculpas a los países mencionados y a los argentinos y argentinas. Seguiremos trabajando con el mismo compromiso».
El gráfico de tasa de mortalidad que mostró Alberto Fernández en su conferencia estaría tomando fallecidos acumulados cada 1 millón de habitantes, no cada 100 mil como dice la aclaración del título. Si Argentina tiene 44 millones de habitantes y tenía 445 muertes confirmadas de coronavirus, la tasa de mortalidad da 9,8 si se toman fallecidos acumulados cada 1 millón de habitantes. Lo mismo pasa con Estados Unidos, que tiene 97.000 muertes confirmadas y 330 millones de habitantes. La tasa encaja (tomando datos al 22 de mayo) si se mide por fallecidos cada 1 millón de habitantes.
¿Cómo fue el caso chileno? Da una tasa de 1771 muertos tomando el índice de fallecidos cada un millón de habitantes. Leyendo el gráfico tal cuál está, Chile debería tener 17.712 muertes, y hasta ese día tenía 673.
Sí estimado lector, por acá también nos mareamos con tanto número. Si lo hizo el Presidente ¿Por qué nosotros no? La clave, se deduce, es no extrapolar resultados ni cifras sin poder contextualizarlas de la manera indicada. Ese escenario ideal parece ser conociendo al detalle el ejemplo a tratar. Estamos a varios kilómetros de Chile, ni hablar de Suecia. Difícil comparar resultados o evolución de la pandemia.
Para que cada vértice de la sociedad y la nación entera siga cumpliendo su parte, que mejor que encontrar los argumentos en el propio país. Nuestro mundo aparte.