Una incontrolable plaga de ratones está arrasando los cultivos de agricultores australianos además de invadir todo lo que tienen a su paso: alacenas, techos, camas, paredes, etc. Nada se salva.
Como si esto fuera poco, a esta situación hay que sumarle la contaminación de los alimentos para los animales de granja y el aumento de infecciones transmitidas por los roedores, como es la leptospirosis.
«Es una crisis económica y sanitaria. Desde la contaminación de la comida y el agua por los ratones, hasta las enfermedades que propagan, esta plaga está afectando más que los cultivos, sin mencionar el estrés que causa», afirmó Danica Leys, directora ejecutiva de la Asociación de Mujeres Rurales de la región.