Con el correr de la cuarentena, La provincia y la ciudad de Buenos Aires comenzaron a mostrar los hilos de una relación creada solo para evitar más problemas de los que ya genera la bendita pandemia.

Desde aquella conferencia del 19 de marzo, en la que Alberto Fernández anunció el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio junto con gobernadores propios y de la oposición, la Argentina sueña con que una dirigencia política unida tras un objetivo común, como el de vencer al enemigo invisible, es posible. Pero estos últimos días, el esfuerzo de mostrar unidad, comienza a revelar su desgaste.

Horacio Rodríguez Larreta por la Ciudad y Axel Kicillof por la Provincia de Buenos Aires se convirtieron en los escoltas del Presidente en los anuncios relativos al COVID19. El Área Metropolitana de Buenos Aires, más conocida como AMBA, el término del momento, es el foco de la Pandemia en el país, y los dos gobernantes se encuentran obligados a trabajar en conjunto para evitar que Argentina se convierta en Italia, España o los Estados Unidos.

Esa labor grupal venía funcionando de la mejor forma, al menos para las cámaras, hasta que la tentación de empezar con el fuego cruzado fue más fuerte. Primero, las críticas de Alberto Fernández a la gestión de María Eugenia Vidal en la provincia, sosteniendo que el sistema de salud debió reconstruirse. Luego, los intendentes del Conurbano, en su mayoría Frente Todistas, que se mostraron en contra de la flexibilización en la Ciudad por las consecuencias que esto traería aparejadas en sus municipios por la ida y vuelta de trabajadores del GBA a CABA.

Por si quedaban dudas de la dirección de los ataques, el Ministro de Salud provincial, Daniel Gollan publicó en su cuenta de Twitter: “Queda claro en este mapa dónde está el mayor riesgo de irradiación del coronavirus” acompañado de una infografía en la que el color rojo más fuerte es la Ciudad Autónoma.

Ante este tweet, en el que el término “irradiación del coronavirus” conlleva una carga conceptual muy grande, su par porteño, Fernán Quiroz respondió «No hay espacio para opiniones divergentes». Frente a la réplica, Gollan intentó salir a pacificar la situación y sostuvo “Buscan conflictos donde no hay; no jodan”. Es probable Sr. Ministro que busquemos conflictos, ahora, Ustedes nos dejan todas las pistas para encontrarlos.

Finalmente, el moño del paquete lo puso nada más y nada menos que el mismísimo Gobernador. Kicillof afirmó que “Una prueba, un ensayo o una idea mal ejecutada puede generar una catástrofe, como ocurrió en otras partes del mundo. A diferencia de lo que pasó en la Ciudad de Buenos Aires, nosotros no dimos un paso hacia adelante con las salidas”

Como un matrimonio arreglado, el vínculo entre CABA y Provincia se fue convirtiendo en una relación tóxica. Alberto Fernández tiene aún un par de días, previo al anuncio de una nueva etapa del Aislamiento, para calmar los ánimos y que sus escoltas estén juntos nuevamente con su mejor cara, al menos, otra vez, para las cámaras.