Alberto Fernández y Mauricio Macri le pusieron punto final a una relación que buscaba una relación armónicamente democrática.
Lejos quedaron aquellas fotos de noviembre y diciembre 2019 donde se podían ver al mandatario saliente y al entrante, juntos, sonrientes y que entusiasmaba la idea de que un dialogo después de tanta grieta era posible. Incluso los primeros meses de la cuarentena, confirmaban un vínculo democrático entre ambas partes, pero… pasaron cosas.

La fractura comenzó cuando ante las medidas de prolongar el aislamiento y tratar aspectos fundamentales para la política argentina como la reforma judicial hizo que el ala más dura de Cambiemos y el Kirchnerismo empezaran a sacarse las primeras chispas.
Un momento cumbre para la fractura de la relación fue cuando Alberto Fernández dijo que Macri le había dicho que la cuarentena iba a destruir la economía y «que se mueran los que tengan que morirse». Esa frase de un tremendo contenido emocional hizo mucho ruido en la sociedad y el mismo ex mandatario salió a desmentir los supuestos dichos: “De ninguna manera dije las cosas que han relatado estos días”, a lo que agregó “la credibilidad de la palabra presidencial debe ser cuidada como un tesoro”.

A partir de ese momento, el fuego cruzado entre los sectores no tuvo paz. Cada paso de uno, daba vía libre a las críticas del otro. Los tiempos de paz y armonía habían llegado a su fin. Incluso Horacio Rodríguez Larreta quedó en medio de los cruces producto de su necesidad de mantener el vínculo con el gobierno nacional para el ejercicio de su mandato en la Ciudad de Buenos Aires.

Pero esa relación también sufrió las consecuencias de las ofensivas. La quita de un punto de coparticipación al gobierno de la Ciudad para que la provincia de Buenos Aires pueda afrontar el conflicto policial, rompió lo poco que podía quedar de paz entre las partes.
El último capítulo, hasta el momento, lo escribieron durante la jornada de protestas contra el gobierno nacional que se desarrolló el pasado 12 de octubre. Alberto Fernández dijo que esto fomentaba la grieta, mientras que Macri sobre el final de la manifestación y mediante Twitter publicó: “Estoy preocupado y triste por el presente. Veo la angustia de la gente por su presente, por su trabajo, su salud, su futuro, pero no cambia mi optimismo porque nunca la Argentina estuvo tan movilizada como hoy, nunca hubo tantos argentinos convencidos de tener un mejor futuro”

Frente a esto, el presidente respondió los dichos de su antecesor, afirmando que la gestión Macri «Fueron cuatro años inexplicables, son la metáfora del olvido. Fueron cuatro años en que se olvidó de la gente».

La lluvia de acusaciones y comentarios de estas épocas, son algo que podía esperarse de acuerdo a los antecedentes, pero que parecía habíamos podido superar. Argentina nuevamente frente a la grieta, más grande que nunca y con los líderes de ambos lados en el momento de mayor distancia. Un panorama complejo, que dista mucho de aquellas sonrisas, abrazos y gestos que nos hicieron creer algo que no fue.