Asumió al frente de un equipo que parecía haberse olvidado de lo que era la gloria. Pero el DT rockero les permitió regresar a los primeros planos. Y de qué manera.Jürgen Klopp vuelve a escribir otra línea en la leyenda de los ‘Reds’, tras los pasos del mítico entrenador de los años 1960-1970 Bill Shankly. Tres décadas después, los rojos son los campeones ingleses.
“Si alguien quiere ayudar al Liverpool, tendrá que pasar de ser una persona que duda a una persona que cree”, había sentenciado el alemán en su primer día como técnico del elenco británico, hace casi cinco años. La confianza no estaba en su punto más alto precisamente en la entidad en aquel 2015.
Los Reds, traumatizados por el título que habían dejado escapar en las tres últimas jornadas de la temporada 2013-2014, apenas fueron sextos el siguiente curso y figuraban después en un discretísimo décimo lugar cuando el ex Borussia Dortmund reemplazó a Brendan Rodgers.
Con su energía y su carisma, Klopp inició una transformación del club. “Si viene tan bien al Liverpool es porque siente la emoción del lugar. El Liverpool es un club muy emocional, con su historia y sus tragedias. Es esa emoción la que sientes cuando vas a Anfield y escuchar You’ll Never Walk Alone (Nunca caminarás solo), el himno del club”, explicó el ex futbolista Graeme Souness, gloria de la década del 60.
El entrenador que había demostrado su capacidad en el Borussia Dortmund, club con el que había ganado dos Bundesligas (2010/2011 y 2011/2012), una Copa de Alemania (2012) y dos Supercopas alemanas (2013 y 2014), aunque había tenido una traspié en la Champions League.
Una vez aterrizó en el Liverpool, le costó varios años volver a conseguir un trofeo, pero cada temporada quedaba claro el camino que iba forjando a través de un proyecto que necesitaba tiempo para dar sus frutos. Una de las claves del proyecto fue sin dudas una política de fichajes, muy diferente a la de otros rivales como Manchester City, Chelsea o Arsenal, más tendentes a buscar grandes golpes de efecto.
De los 18 jugadores que Klopp utilizó en su primera convocatoria tras llegar al conjunto británico, solamente tres han participado esta temporada, aunque en papeles secundarios: James Milner (siete partidos como titular), Divock Origi (cuatro) y Adam Lallana (tres). Jordan Henderson, capitán después de la marcha de Steven Gerrard a la MLS norteamericana, y Roberto Firmino estaban en el plantel entonces, pero se encontraban lesionados en el momento de ese inicio de la era Klopp, igual que el joven Joe Gomez.
Algunos de los fichajes han sido tapa de todos los periódicos, como los de Sadio Mané, Mohamed Salah y Virgil Van Dijk, pero por lo general el club de Anfield optó por los pequeños retoques, en silencio y sin hacer gran ruido en el mercado, integrando poco a poco nuevos elementos en su engranaje hasta convertirse en una máquina de ganar.
Fue así que empezó a crecer y a rozar la gloria. En 2016 llegó a la final de la Europa League, pero perdió ante el Sevilla; en la temporada 2017/18 jugó la final de la Champions League, pero también salió derrotado, esta vez ante el Real Madrid; en la campaña 2018/19 fue segundo del Manchester City en la Premier, pese a sumar 97 puntos, récord absoluto para un escolta.
El destino parecía no querer que Klopp sume estrellas en Anfield, hasta que finalmente se le dio. En 2019, conquistó la Champions League al ganarle 1-0 al Tottenham y desde entonces suma cuatro títulos. Además, en 2019 fue elegido por la FIFA como el mejor del planeta en su cargo.
“Soy de izquierdas, por supuesto. Más de izquierdas que de centro. Creo en el estado del bienestar. No tengo seguro privado y nunca votaré a quien prometa bajarle los impuestos a los más ricos. Si hay algo que nunca haré en mi vida es votar a la derecha”, dijo en 2007 a Die Tageszeitung.
Con respecto a la música´el rock es su género preferido: “La mejor banda del mundo, mi padre y mi madre lo dijeron. Número uno de Los Beatles, debemos estar de acuerdo en eso. Me gusta Genesis y me gustó Kiss. El cantante principal tenía una lengua muy larga, era una locura”, dijo en noviembre de 2015 al canal oficial del Liverpool. En aquella misma charla, se definió “como una persona no muy inteligente, pero no tonta, no muy divertida, pero no muy seria. Soy un sujeto agradable, la mayoría del tiempo”.
Hacía 30 años que el Liverpool no se consagraba como el mejor equipo de la máxima división inglesa, la última vez había sido en 1990, antes de la creación de la Premier League.
“Es un gran alivio. Durante los tres meses de parón (por la pandemia), nadie sabía si se iba a retomar el torneo. Y luego no se sabía al 100% en qué estado íbamos a volver”, declaró Klopp, quien vio el encuentro junto al plantel, ya que la consagración se dio debido a la derrota del Manchester City frente al Chelsea por 2 a 1.