Así definió Agustín Párraga, de 35 años su situación. Padece esclerosis múltiple, una enfermedad que afecta el sistema inmunológico. Inició un reclamo judicial contra su prepaga, la cual no le cubre la medicación que necesita para detener el avance de la enfermedad.
“En el 2012 lo detectamos porque tuve una parálisis facial, a partir de ahí fui a un clínico que me derivó a un neurólogo y al hacerme los estudios que llevaron un par de meses, me diagnosticaron Esclerosis múltiple” cuenta Agustín.
Vive en Mar del Plata, pero no solo se atiende con profesionales de la clínica Pueyrredon de la ciudad balnearia, sino también con especialistas del Hospital Fleming de Buenos Aires. Comenzó un tratamiento con Interferón, una droga inyectable que se aplicaba tres veces por semana durante tres años. Cuando dejó de dar resultados positivos, pasó a utilizar Dimetilfumarato, pero esta droga empezó generar efectos adversos en su cuerpo por lo que los médicos le indicaron cambiar de medicación.
Fue en esa oportunidad cuando le asignaron un tratamiento con Cladribina Mavenclad, Virosol y Vitamina D, medicamentos tienen un valor de más de cinco mil dólares al mes. Es de destacar, que el cambio se le realizó al inicio de la pandemia, y al no tener confirmado si el medicamento era contraproducente con el COVID debió esperar hasta el mes de octubre para la confirmación de que podía iniciar el tratamiento. Pero en realidad, lo que inició fue una batalla contra su prepaga.
“Durante todo el año, de a dos o tres veces por semana estoy intentando solucionar el problema, me pidieron estudios, papeles, se enviaba a auditoría de la prepaga y auditoría lo rechazaba, lo cual no podía ser porque el tratamiento en enfermedades crónicas lo decide el médico. Cuando les decía esto, en Thema (su prepaga), me volvían a pedir que presente los papeles” asegura Agustín.
En este contexto, inició un recurso de amparo porque su neurólogo le dijo que no había más tiempo, y obtuvo un fallo a favor, pero aún no hay respuesta por parte de la prepaga, quienes al intentar comunicarse le dicen que, al estar en vía judicial, se deben comunicar entre los abogados.
“Hay síntomas míos que se han desarrollado aún más, mi tratamiento actual no es efectivo, mi cerebro tiene lesiones nuevas y necesito la nueva medicación para frenar el avance. Uno de los síntomas más comunes es la fatiga y hay días que me cuesta mucho levantarme. Es una condición de que tu cuerpo no tiene energía y no puedo realizar mi vida, mi cotidianeidad como cualquier persona. Practico deportes acuáticos y a veces no puedo realizarlos, estudio Geografía y se me dificulta leer los textos” cuenta preocupado Agustín mientras espera que su prepaga cumpla con lo dictaminado por la justicia.
Ante la falta de respuestas, Agustín, familiares y conocidos realizarán una jornada de protesta en las puertas de THEMA, Salta 2036, de la Ciudad de Mar del Plata, este Viernes 29 de octubre a las 12.30, para pedir que de una vez por todas le brinden la medicación que necesita para continuar su tratamiento.
“Para la gente de las prepagas, les diría que entiendo el negocio, que son una empresa, pero es la salud de la gente, sufrimos mucho quienes tenemos enfermedades autoinmunes o enfermedades crónicas. Tenemos una batalla día a día con nuestro cuerpo como para que encima tengamos que batallar para lograr el tratamiento para una mejor calidad de vida. Nos hace la vida aún mucho más difícil. Si el negocio de la salud no es rentable, hagan otra cosa, pero hay derechos, leyes, yo con mi parte cumplo, entonces que ellos cumplan con la suya”.
Agustín se encuentra agradecido por quienes día a día lo acompañan en esta lucha e invita a quienes están pasando por una situación similar a ir en busca de contención para poder salir adelante. “Mi solidaridad con las personas que sufren lo mismo, yo tengo una red de contención, mi caso se viralizó, pude acceder a una vía judicial, pero no todos pueden hacer eso. Entonces deben seguir luchando, la gente siempre está y deben buscar esas redes de contención”.